miércoles, 5 de diciembre de 2012

La alegría del minuto



La velocidad de la vida

Muchas veces damos importancia a tonterías, pero tonterias, tonterías. Creo que muchas veces nos creamos un pequeño mundo alrededor nuestro que no nos deja ver mas allá del muro. Ni siquiera con palabras nos valen.

No es la alegría del minuto, por la alegría, sino entenderla como una forma de vida, y que si quieres, puedes lograr lo que quieres, además el resto de la sociedad te ve como te proyectas. Sólo somos la consecuencia de nuestros actos, y hasta que no nos demos cuenta de eso, no podremos cambiar nuestra vida.

Pidiendo perdón cuando hay que pedirlo, y siendo consciente de que no todo el mundo es igual, ni a que todo el mundo le hacen gracia los mismos chistes. Tenemos que darnos cuenta, en realidad, qué es lo que nos molesta, lo que nos agrada, y lo que nos enfada.

La alegría del minuto, y vivir la vida como de si un sorbo se tratara. Damos importancia, y repito a cosas que realmente pierden la importancia con el tiempo. No podemos minimizar nuestra vida a unos pequeños problemas, sino a la realidad, y a la grandeza de vivir. Somos unos afortunados, y como tal, debemos sentirnos agradecidos a la vida, porque ella es lo único que tenemos.

Lo material se va, se diluye, y sólo nos queda, ciertamente lo espiritual, no lo vanal o lo superficial, sino lo moral, lo que la verdad de nuestro interior nos hace gritar, y hacer partícipes a nuestro mundo, lo que sentimos, lo que reímos ó lloramos, y lo que vivimos, y con quienes lo vivimos.

No actúes para que tu ayuda o compañía sea reembolsada. Actúa de corazón, sabiendo que sólo tú sabes la verdad, y eres el dueño de tus actos. Nos podemos permitir tener momentos malos, y cada uno/a los supera como puede. En compañía ó sólo. Cada uno/a somos diferentes.

Pensar antes de hablar. Porque se puede hacer mucho daño tanto con el silencio como con la palabra. Piensa que no vives sólo/a. Piensa que estás en comunidad, y que tanto para bien como para mal, tienes que aceptar unos roles, ó unos perfiles que se enfrentan en tu camino, y que ello te hace madurar, crecer.

Un día te levantas y te das cuenta de que la vida ha pasado demasiado deprisa, y que no la has disfrutado. Y, entonces, ¿qué?. Te das cuenta que el pasado fue maravilloso, pero que el presente es monótono, largo, y tedioso. No sabes como resolverlo, pero te levantas y no tienes a aquellas personas que juraron un día no dejarte. No valen las palabras, sino los hechos.

Tardes de soledad que hacen pensar en un futuro lejano, sin medios para poder hacerlo frente. Inseguridades, problemas, realidades, intrigas, junto con alegrías, risas, buenas noticias componen la vida, porque la perfección no existe, y ni siquiera la buscamos.

Estamos creados para ser felices, pero, ¿qué es la felicidad?. Al menos, ¿la conocemos?. Oímos hablar de ella, pero no sabemos a qué se refiere. La alegría y la tristeza viajan a la par en un mundo, o mejor dicho, en un camino lleno de baches, donde sólo nosotros somos capaces de cruzarlos, esquivarlos y romperlos.

Sepamos cuál es nuestro espacio en el mundo, quienes lo componen, hacía donde va nuestra vida, y de verdad, qué esperamos de ella.

Feliz vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario