jueves, 21 de septiembre de 2017

Somos muy injustos con nuestros padres



Buenas tardes a todos/as.
 
No entendemos el daño que podemos ocasionar a nuestros padres hasta que en cierta medida nos hacemos adultos, y desde otra perspectiva, añoramos los momentos vividos con ellos en casa. Bajo su cobijo, y protección. Ese tejado que nos hace sentir reyes, sentirnos especiales.
 
La alegría de volver a casa y ver que están allí, visto hoy, es algo que no valoramos. Nos hemos independizado, hemos volado a otro mundo, es ley natural, es la vida, pero te entra cierta nostalgia que al recordarlo haces patente el dicho, "vive cada momento como si fuera el último".
 
La convivencia es difícil en todos los aspectos, con padres, con pareja, con compañeros de piso, de universidad. Saber adaptarse al otro no es tarea sencilla. En cambio los padres nunca te echarán en cara nada, ni te dañarán con sus palabras. Es la cruda realidad. No estoy naciendo de nuevo.
 
Lo que hago es santificar y valorar a nuestros padres. Todo lo que hacen por nosotros, y lo que han hecho. Sin pedir nada a cambio, y con el paso del tiempo, te das cuenta de lo bueno vivido con ellos, y de la poca importancia que le damos.
 
Tenemos que valorar el presente, con quiénes estamos. Hablar, preguntar, interesarse. Porque mañana no sabemos que puede ocurrir, y no tenemos que sentirnos arrepentidos de lo que hemos hecho, sino de lo que quisimos y no llegamos a hacer.
 
Si ser valiente es decir lo que piensas, mas valiente es expresar a tus padres lo que les quieres, con tu compañía, tu afecto, tu escucha, en una perspectiva muy diferente a la de tu yo de 15 años. El respondón, el insatisfecho, el gruñón. Ahora ya "adultos", la relación con tus padres cambia por completo siendo un tú a tú diferente, pero con la experiencia del pasado, y el cariño maduro del presente.

Pensadlo porque es verdad.
 
Y gracias por seguidme.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Resetear y comenzar de nuevo




Septiembre es el nuevo Enero, al igual que el naranja es el nuevo negro.

Un comienzo es un olvidar y un empezar de nuevo. Es la manera que tenemos las personas de querer borrar con el pasado y entender que puede existir un nuevo futuro. El futuro tiene el componente de lo indeciso que hace que nuestra cabeza trabaje a mas velocidad que lo normal. La incertidumbre es un ingrediente nada positivo.

Si decidimos borrar el pasado, si queremos alimentar el presente para obtener un futuro óptimo, es que algo no estamos haciendo bien. No estamos obrando de la manera que lo hacíamos, no gestionamos nuestros sentimientos y pensamientos (permitidme que lo diga así), de la forma con la que lo hacíamos en el pasado.

Si Septiembre es el mes de las oportunidades, démosle un voto de confianza y realicemos un gran trabajo de exámen de uno mismo y recapitulemos nuestros fallos y aciertos. Pensemos que es lo que hacemos en el hoy que ha tenido consecuencias en el pasado. Pensemos y repensemos. No dejemos puertas a medio cerrar. Y ante todo resolvamos todo lo que queramos solucionar.

Una mañana de Domingo y en Septiembre es la mejor para reflexionar, darle al botón de actualizar y pensar que un cambio puede ser un acierto. Cambiar es el verbo de la oportunidad y el de la valentía. Es el botón de actualizar de nuestro ordenador. La clave del reseteo y del comenzar de nuevo.

Al no estar solos en el Mundo, debemos pensar que además de necesitar a personas a nuestro lado, las personas también necesitan de nuestra compañía, de nuestra escucha y de nuestro apoyo. Dejemos de lado el orgullo y la sinrazón, y obviemos la palabra decencia. Actúa como pienses que vas a hacerlo mejor. Para ti el primero y por los demás. No dejemos nunca sólo a nuestro yo interno, y pidamos la ayuda necesaria para continuar nuestro camino.

Un camino que en ocasiones las piedras que encontramos, son burbujas de aire. Insisto en el pensar que no estamos solos, que hablemos y que gritemos lo que queramos. Que nos acompañemos y que vivamos con sencillez. Dejemos que la vida actúe de forma natural, no forcemos.

No pienses que es fácil, pero trabajando en ello, en unos meses, volveremos a escribir, y a comentar cómo nos ha ido. Darle importancia a lo que tiene, y ante todo ser fieles a nosotros mismos. No engañarnos, y empezar de nuevo.

Bienvenido Septiembre.