¿Y a mí que me importa?

Eso es. Ayudo a las personas que lo necesitan. Presto mi apoyo a aquellos/as que sé que mi compañia y mi escucha valen mucho. No hay que hacer las cosas para que sean devueltas ó para que sean reconocidas por otros, sino porque realmente queremos hacerlas y nos sentimos capaces de hacerlo. Cómo dije un día, no esperes nada de nadie, cambia de chip, piensa en tu entorno, en tu vida, y en tí mismo/a. No es egoísmo, sino una actitud realista hacía el cuidado de tu cuerpo y de tu alma.

Vivimos en una sociedad donde la vida de los demás es más importante que la nuestra. Creo que cada uno/a vive como puede, y luego, como quiere. Hay redes que te quitan libertad, pero si eres capaz de romper las redes, y ser consciente de tus reglas, valorarás más tus actos, y te olvidarás de aspectos superficiales que intentan nublarlo.

No sé cuál es el límite entre tu vida y la vida de los demás, y si realmente existe dicho límite. Creo que la vida es mucho más que eso. No caben excusas ni justificaciones, sino ayuda, comprensión, escucha si lo demandan, ó sientes que lo necesitan de tu parte, pero sobre todo, y por encima de vanalidades, tu esqueleto es eso, un esqueleto, pero tu alma, tu ayuda y tu palabra perdurarán hasta la eternidad.

No valen bolsos de Gucci, ó trajes de Armani, no valen impresionantes mansiones, no valen coches fabulosos, si en tu interior eres pobre de espíritu. No estoy en contra, para nada, de las personas que lo tienen, porque se lo han ganado y se merecen vivir como desean, pero sí que estoy en contra de personas sin sentido, sin humildad, sin humanidad, donde todo vale por conseguir lo que quieres.

El sentido común es invisible para algunas personas. No valen hechos sin sentido, sino actos con corazón y con ganas de hacerlo. No te puedes sentir obligado a hacer lo que no quieres. Nunca. Eres dueño de tus propios actos y como tal, eres dueño de tu sonrisa, de tus lágrimas, de tus abrazos, de tu palabra, y lo seguirás siendo.

¿Y a mi qué me importa la vida de los demás?. Me importa mi entorno, me importa la gente que lucha por su futuro, me importa la buena gente, me importan los buenos actos, no me importan comentarios malintencionados, no me importan los cotilleos, sólo me importa lo que me importa.

Creo que de esta manera se vive mucho mejor. Me importa mi gente, y la gente que se esfuerza por ser mejor cada día. Del mismo modo, tampoco entiendo comentarios sobre la vida de los demás ni sobre la mía propia. Hay que respetar la vida de los demás, los hechos, los sentimientos, las palabras, todo mientras no te hagan daño a tí.

Creo que de esta forma nos iría mejor a todos/as. Estamos en una sociedad donde la envidia es una plaga como lo afirmó hace unos años el gran Chicho Ibáñez Serrador. No valen excusas, sino hechos.

Espero lo tengan en cuenta los/as que tengan que tenerla.

Yo, simplemente muestro mi palabra, y la comparto con vosotros/as.

Feliz fin de semana de Sol y Fútbol.