lunes, 2 de abril de 2012

El valor de enfrentarse a la vida.

Hoy cumplimos dos meses de vida, desde aquel Dos de Febrero que comenzamos a escribir la vida de este blog, mi blog, mi proyecto. Os agradezco el apoyo, el ánimo y la ayuda continua para que este espacio abierto sea un lugar de "reunión" para todos/as aquellos/as que se sientan identificados/as con cada post que escribo.

Muchas gracias por el apoyo

El post de hoy es una oda al optimismo, a la lucha, a la fuerza y a la valentía. Es una exclusiva. Nunca antes había escrito de esta manera, pero nunca es tarde si la dicha es buena, y la persona protagonista de dicho artículo, me ha dado su autorización para que lo pueda contar sin desvelar su identidad. Claro está, ante todo discreción, y ánimo a todas aquellas personas que lo necesitan.

Comienzo a reescribir esta triste historia.

Hay momentos en la vida en los que la propia experiencia te ayuda a seguir adelante, pero, en ocasiones, hay personas buenas, muy buenas, demasiado buenas me atrevería a decir, que por no hacer daño, intentan que la paciencia y el saber estar predominen sobre otros valores.

Cuando no se quiere dañar a un ser querido, somos capaces de enfrentarnos a nuestro propio Yo, para poder hacer un salto en el camino, coger aire, y recorrer la senda de la amistad, de la tranquilidad, del buen hacer, y sobre todo, de la humildad, la serena humildad.

Cuando estás enamorado/a, eres capaz de hacer cualquier cosa por esa persona, incluso olvidarte de ti mismo/a. Hay amores que matan, y lo triste, es no darse cuenta de ello. Llegar a sentirte como un cero a la izquierda, pensar que no importas a nadie, y sentirte minúsculo en el Universo, son causas de una ruptura anunciada. No abrirse es una crónica de una muerte anunciada, y sentirte vacio en tí mismo/a.

No se debe dejar nadie hundir, ni tratar de ocultar problemas, cuando se pueden compartir para que familia, amigos ó amigas puedan ayudarte, o ayuda especializada. ¿Por qué no?. Lo que necesita es compañia, y sobre todo, un hombro donde llorar, porque tanta angustia no ayuda ni al cuerpo ni a la mente. NO ayuda. Desahógate, con la gente que piensas que te pueda escuchar. A veces pensamos que un amigo ó amiga nos puede animar en un momento malo, pero lo que está haciendo es alejarnos de nuestra propia realidad, ser pesimista, y ver el vaso medio vacio, cuando anhelan verlo medio lleno.

No hagas nada de lo que te arrepientas, y sé siempre dueño de tus actos. Estas palabras fueron repetidas hasta la eternidad, por gente de su confianza, hasta que tras el paso de mucho tiempo, pudo cambiar de amistades, alejarse de enfermizas parejas, y comenzar una nueva vida con personas con las que la confianza, la amistad y la lealtad son valores primordiales. Pero el amor, aún, hoy en día, no ha tocado su puerta.

Es una historia real, y la he transcrito con el objetivo de ser siempre fieles a nuestros principios y valores, y no dejarnos guiar de falsas esperanzas. Seámos fuertes, con ello, tenemos parte del camino escrito.

Como siempre, no me despido, una vez más sin agradeceros el gran apoyo recibido.

El valor de la serenidad


Gracias, mil gracias.

Os deseo una Feliz Noche. 


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