domingo, 6 de abril de 2014

¡Deja de acelerar y piensa!




Muy buenas tardes a todos/as.

Primero de todo, quiero daros las gracias a todas las personas que me leéis y seguís todos los días. Es una inyección de positivismo y ganas de continuar. Gracias, gracias, gracias. En un día de sol, en un Domingo en el que decidimos dejar de pisar el acelerador para pensar en la vida como tal.

No voy a personalizar, porque como he comentado en otras ocasiones, cada uno de los artículos que redacto pueden formar parte de mí, o de mi entorno, o sencillamente, de historias de la vida que no debo personalizar, ni lo debeís hacer en mí mismo. Historias sin protagonista que pueden ayudar a personas a pensar en según que momentos de la vida.

Creo que nos encontramos en una auténtica locura de vida, en un motor sin freno que nos lleva al barranco si nosotros no somos capaces de impedirlo. Nos exigimos una barbaridad, e intentamos exigir al resto a ser como nosotros quieran, pero eso es imposible.

No podemos pedir que el Mundo sea construido a nuestra imágen y semejanza. Cada persona es un Mundo, y el entorno debe ayudar y acompañar en el momento en el que se encuentre mal una persona, dialogar, acompañar, abrazar.

Hay historias de las que eres partícipe de una forma u otra, que te dejan como un auténtico bloque de hielo. Historias que sorprenden, que hacen que el Mundo se pare delante tuya, y que decidas poner freno y pensar un poco las cosas.

Vivimos en un Mundo demasiado rápido. Hacemos las tareas rutinarias de una forma automática, que nos desprende del valor sentimental y real de ellas. No somos robost sino personas de razón y corazón. No se merecen ese final.

Empecemos a hablar cara a cara mirándonos a los ojos y pensando que la otra persona también necesita ser escuchada y mimada. No estamos de paso, y ello hacer tomar sentido a la vida. Quizás existan personas que son mas débiles, ó mas fuertes que otras, pero todas necesitan la escucha y la compañía como nunca. 

No nos arrepintamos en vida de no haber hecho algo, de no haber dicho nada. Hay que arriesgar, hablar, sentir, y hacer que la vida tome sentido, el sentido que cada uno le queramos dar. Pero no seámos egoistas o deshonestos con nosotros mismos, porque lo seremos entonces con el resto.

Este post es un homenaje, un sentido homenaje que quedará en mí para siempre pero que me ha motivado escribir y rendir un verdadero tributo a una persona que se lo merece, y que cual guia desde su escondite, nos cuida y nos mima de verdad.

Feliz Domingo, y feliz vida.

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