domingo, 13 de abril de 2014

Carta a la vida



Muy buenas tardes de Domingo de Ramos.

Hoy escribo a la vida.




Comprendiéndote desde hace tiempo, 
entendiendo tus sinsabores, y tu razón de ser.
Sabiendo que no vas en serio, 
te puedo tomar en tono de humor.

Quiero seguir formando parte de esa forma de verla, 
adaptándome a cada momento, 
y sabiendo que todo tiene su explicación.

No puedes pedir a nadie algo que no sale de su ser.
Intentas entenderlo pero es difícil.
Simplemente pones a tu lado las personas de verdad.

No sientes ni el bien ni el mal como tal.
Ayudas pero a veces eres huidiza.
Agradecido por la ayuda y la enseñanza.
Han habido momentos tristes, si, 
pero ganan los alegres.

No eres ni vanal ni superficial, 
pero has hecho que te comprenda, 
que te entienda mirándote de frente.

A veces lo has puesto difícil, 
pero ha sido por un bien mayor.
No quiero echar a nadie en cara nada.
Ya no. Ha llegado el momento de entender que la vida es así.
Y demasiado agradecido tengo que estar. Demasiado.
Viendo lo que ocurre a mi alrededor.

Pero hay ocasiones que echas en falta palabras.
Pero también ha llegado el momento de comprender, 
que eso ya es una enseñanza.

La enseñanza de seguir caminando.
De seguir siendo parte de esta vida tan maravillosa, 
como en ocasiones, irracional.

Te entiendo pero a veces has sido dura conmigo, 
aunque me has dado alas para volar, 
y para comprender que eres uno mas entretantos.

La vida, tú misma, me has regalado grandes momentos, 
con personas que forman parte de mí, 
y personas que no están ya al lado.

Pero están en mi corazón.
Parte de mí, siempre.
Aunque a veces hayamos sido egoistas, 
también hemos sido generosos.

Generosos con una vida que comenzó hace 27 años, 
y tiene muchas páginas por escribir.
Lo mejor está por llegar.
No os lo imaginais.
Gracias, vida. Mil gracias.




Y a vosotros feliz semana de Semana Santa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario