sábado, 24 de noviembre de 2012

Mi primer escrito: la vida



Buenas tardes, a continuación os voy a presentar mi primer escrito. Además de continuar con mi libro, ahora he empezado a escribir pequeños escritos sobre muchos temas, y lo que la imaginación me regala:

Hace tiempo que se escuchaban rumores por los pasillos, por las calles, y por las esquinas. Nadie sabía lo que hacer, ni como controlarlo. Cómo actuar y como tratar el tema. No sabían cómo intentar mejorar la situación ya que el vaso estaba roto, y el pegamento era de mala calidad.

Momentos de tensión, tiempos de agonia, y espacios lentos, de espera. Todo comenzaba, pero nadie sabía cómo empezaba. La vida, nueva, y la compañía, ausente. Una calle larga, y un sólo ser, tú. Caminos de esperanza, calles de amargura, y azoteas de optimismo.

Vidas encontradas, así como caminos cruzados. Mucho trabajo, maquillaje en su vida, y papeles sin actuación. Bailes en la noche, y teclas por la mañana. Risas, lloros y susurros durante un Verano. Miradas sin vuelta, pero hay abrazos que lo dicen todo. No valen las palabras, valen los hechos.

Calles con piedras que se encadenan, pero a la vez son suavizadas por el viento de la comprensión y de la amistad. Vidas de color de rosa. Suavidad en los movimientos, y cero problemas. Se pensaba que la vida era de esa manera.


Comenzaron las tormentas, y los cambios, para siempre. Empezó una nueva vida, la vida que marcaría su personalidad y su carácter. Impresión de impresiones. Ojos sin brillo, y besos sin luz. Solamente momentos negros, de oscuridad, no brillaba, ni se vislumbraba el futuro. Soledad acompañada, y compañías en soledad. Tres minutos cambiaron su vida, para siempre. Son sólo tres minutos los que hicieron falta.


Tres minutos convertidos en tres milenios de tristeza con razón en un principio, sin razón mas tarde. Una vida diferente a la del resto, en sí fue tu vida la que viviste. Elegiste tus propias amistades, destacando el interior,  y borrando el exterior. Te fijaste en la persona, y no en el resto. Fuiste fuerte, o lo pareciste.


Se veía en el horizonte una luz, una farola con forma de optimismo, y de vida alegre, ó por lo menos, de mejor vida. Al menos eso parecía. Es cierto que no hay mal que cien años dure. Pero tampoco fue la ocasión. Palabras que hicieron daño y gestos que no tienen nombre, volvieron a hacerte infeliz.


Años de vida ambulante, años de comprensiones incomprendidas. Vidas truncadas por pasados inciertos y complicados. Nadie hizo nada, pero se formó como un caparazón y nadie se dió cuenta. Formó una familia, pero al final de su vida, se centró y gritó al Mundo, la palabra que ansió desde que vió la luz: LIBERTAD.

Felicidades por 28 años de unión, comprensión y amor verdaderos.

Feliz Sábado.

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