lunes, 5 de noviembre de 2012

La realidad

Buenas tardes a todos/as.

Nos despertamos con noticias tristes, meláncolicas. La tragedia del Madrid Arena, junto a los testimonios que lo sustentan, y que afirman haber visto entradas con la misma numeración. ¿A qué estamos jugando?, ¿a qué?. Nos sentamos en el sofá en compañía de la familia, para compartir buenos momentos, y hablar sobre cómo ha ido el día, y no vemos mas que catástrofes naturales, guerras, crisis económicas, familiares y morales, crisis de fe, y falta de ética.

Nos preguntamos día sí y día también sobre la realidad y la verdad de nuestras vidas, y sobre el propio sentido de la vida. Sobre cómo gestionamos nuestro tiempo, y con quien queremos estar. sobre los pros y los contras de las decisiones que tomamos, pero casi nunca pensamos en las consecuencias, en las verdaderas consecuencias de nuestros hechos y de nuestras palabras. Creo que tenemos que ser justos con las personas que tenemos alrededor, con las que convivimos y con las que vivimos. Nos encontramos en una fuerte crisis de valores y de sentimientos, aparte de la maldita crisis de la que habla todo el Mundo, y a la que yo le estoy empezando a coger mania.

Direís que soy superficial, e incluso vanal, cuando resto importancia a la actual crisis, pero vamos a ver, que no paramos de hablar de una situación a la que nadie pone freno, a la que nadie pone soluciones, y si hay alguna persona en el Mundo que dice algo para mejorar, o para cambiar, le callamos la boca como si no existiese mañana. No puede ser.

Por supuesto que conozco las situaciones de miles de españoles, que en el mejor de los casos, vuelven a casas de sus padres, para encontrar cobijo tanto físico como moral, pero existen muchas familias que viven en la calle, viven de la caridad, debajo de la luz de las farolas, y ahora mas que nunca, con el frio en sus carnes. Admitamos el egoísmo de los humanos, y admitamos también el superávit de análisis de nuestros ombligos, cuando en cierta medida, somos unos privilegiados. También puedo ser un indignado mas, pero no me apetece vestirme de problema sino de solución, y tampoco quiero ponerme la bufanda de la indiferencia, o la chaqueta de la lástima social. Todos/as tenemos problemas, sean familiares, económicos, sentimentales, morales, y el que diga que no, miente.

Problemas los hay a patadas, pero no hacemos nada recogidos en nuestras casas, martirizándonos con nuestras propias penas y olvidos. No dejemos que tengan compansión por nadie, ni muchisimo menos por nosotros. ¿Por qué lo debemos soportar?

¿Por qué?

Estamos en una sociedad en la que no nos solidarizamos con nadie, somos egoístas, y solamente pensamos en nuestro propio Yo, sin importarnos el resto. Y cuando alguien se compromete a ayudar, siempre intentamos sacar justificaciones sin sentido para paliar nuestro propio vacio. Cada persona ayuda a quien tenga que ayudar, y no podemos imponer ni obligar a nadie a que lo haga.

Durante el largo letargo que estamos viviendo en España, y en Europa por la crisis económica y financiera que azota nuestros bolsillos y vemos como cada día hay mas personas en situación de desempleo, también somos conscientes de la poca vergüenza y de la sangre fria de muchos mandatarios por hacer cumplir los objetivos, cuando no ven en plena calle el trabajo realizado, mediante la explotación mas vil. Si no sabes de algo, cállate.

No creo que la gente sea idiota, ni mucho menos, pero ante la actual situación, no podemos darnos látigos y dejarnoslos dar para después ser los titeres de una sociedad sin sentido, sino otorgar nuestro propio sentido a nuestras decisiones.

Sabemos que hay crisis, sabemos la situación de muchas familias, y además el incierto futuro que los acompañan, pero no podemos, y repito, no podemos dejarnos influir por los medios de comunicación que muchas veces pueden darnos una visión errónea de la realidad, y como decía Mercedes Milá, no tenemos que soportar que existan personas que se suiciden por un desahucio.

Porque la vida es mas que eso, y tenemos la opción de apoyarnos en nuestras familias y amigos, y porque no estamos sólo para los buenos momentos sino también para apoyarnos cuando nos hacemos falta.

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