sábado, 19 de enero de 2013

La infidelidad




Muy buenas tardes, y feliz Sábado a todos y todas.

El tema al que me enfrento hoy en este post de Invierno, no es un asunto que sea fácil para analizar, ni incluso para hablar. Solamente por el simple hecho de que cada persona es diferente y que en cada pareja, sólo la pareja es la que manda. Por experiencias propias ó ajenas, sé de que hablo, y conozco casos de parejas que han roto por este caso, ó porque la infidelidad era la respuesta a un vacio sin atender.

Ni voy a enumerar los casos o las principales causas por las que las parejas rompen, ni tampoco voy a dar clases para que una relación funcione, no sólo porque cada persona y cada pareja son las dueñas de sus propios actos, sino porque creo que es un tema delicado con causas muy diferentes, que no barajo explicar, no por nada, sino por respeto.

La infidelidad entra en el campo de una pareja cuando algo va mal, porque no creo que haya una causa mayor, que encontrar en otra persona, lo que tu pareja no te da. Por supuesto que la pareja es complemento uno del otro, y que cada uno de ellos son dueños de un futuro que sólo lo pueden escribir ellos mismos.

En mi opinión, segundas oportunidades después de una infidelidad nunca fueron buenas. Creo que la confianza quedó mermada en la primera ruptura, y no sólo por eso, sino que la sombra de la infidelidad va a albergar esa relación durante su recorrido.

Ya no voy a entrar en la infidelidad mental, psicológica ó no carnal, porque entraríamos en un debate que no sabría responder con todas las armas con las que contamos los seres humanos. Puedes mirar a otra persona por la calle, y despertarte unas sensaciones, que no sentimientos, que no has vivido antes. Pero eso es otro cantar.

La infidelidad en sí misma radica en una falta que no será cubierta jamás. No creo en las parejas completas, sino en el complemento de una parte en la otra, y viceversa. Creo en el amor, y creo que todas las personas tendríamos que creer siempre. Obstáculos en el amor no faltan, pero quedémosnos con aquellos momentos que alimentan la relación de verdad.

Enterarte de que una persona cree en otra, que siente amor por otra, pero tiene una relación asentada en la "confianza" y en el "respeto", es la crónica de un desamor anunciado. Somos personas, carnales, humanos, pero también debemos respeto a la persona que tenemos a nuestro lado, y si sabes que no vas a ser capaz de hacerlo, pon punto y final a una historía que podría perjudicaros a los dos.

Si que es verdad, que si tiramos de manual, existen varios motivos por los que vulgarmente hablando, "se ponen los cuernos":

  1. El sentirse devaluado por la pareja
  2. La monotonía
  3. Una vida sexual deficiente
  4. Dependencia emocional por la familia
  5. Buscar nuevas sensaciones
  6. Idealizar a la pareja
  7. Sentir amenazada nuestra libertad
  8. Alarde de poder

No son todos los motivos, por supuesto que no, pero son algunos y espero que penseís en vuestro interior si habeís vivido alguno de ellos en vuestras relaciones.

Sin mas que añadir, me despido hasta mañana, Domingo.

Feliz Sábado, y escucharme bien, 

"No desperdicieís ni un sólo minuto en personas que no merecen la pena"



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