lunes, 7 de mayo de 2012

El sacrificio por lo natural

En una sociedad marcada por los esteorotipos, por los prejuicios, y por gestos artificiales, cada vez son más destacadas señales de alarma por parte de perfiles anti-natura. Y, ¿os preguntareís que quiero decir con perfiles anti-natura?. Muy sencillo. Cada vez la sociedad es más homogénea en tipo de vida, comportamiento y estilos de vida, vestir, comer, todo es parecido, gestos, formas y pensamientos. Lo único genuino que nos queda es el sentimiento propio de ser humano.

El carisma es innato en las personas, pero hay unas que destacan sobre otras. Es la diferenciación lo que se busca, y lo que escasea, cada vez más, y es un peligro. Cuando observamos una sociedad, ó cuando realizamos distintos estudios sobre el estilo y comportamientos de un grupo de personas, nos damos cuenta el no-valor de la igualdad, pero no igualdad de derechos y obligaciones, o igualdad entre hombres y mujeres, a lo que todos/as estamos concienciados, unos/as más que otros/as, pero por la labora estamos, sino en el no-valor de la igualdad de actitudes, de formas de ver la vida, que nos distinguen cada vez menos de otros seres humanos.

Búsqueda del éxito

 
Cuando acudimos a una entrevista de trabajo por ejemplo, el entrevistador en sí, busca un perfil diferenciado del resto, porque al hacer la criba, la mayoria de seleccionados tienen un perfil académico detallado, una mínima experiencia profesional, un cierto nivel de idiomas, capacidad de trabajo en equipo, y/o motivación laboral. La mayoria de los seleccionados cuentan con esos requisitos, pero lo que se busca, el quid de la cuestión, es la diferenciación, es un rasgo que diferencie al candidato del resto. Eso es lo destacable, y lo que se busca.

Una sociedad está formada por diferentes grupos, de similares preferencias, perfiles o gustos, pero lo que se intenta evitar es la masificación de idénticos seres, que impidan la distinción y consiguiente clasificación.

Con ello quiero explicaros la idea que quiero transmitir, y las señales de alarma por parte de la sociedad son cada vez mayores. Ya no sólo en las formas de vestir, sino en las formas de comportamiento, cada vez somos más parecidos. Queremos ser más globalizados, nos queremos parecer más entre nosotros/as, entre países, continentes y culturas, pero a la vez buscamos la diferenciación, y la distinción entre humanos.

Luchemos por un futuro mejor

 
No profundicemos en lo vanal de la vestimenta, porque en sí, estamos inmersos en una globalización textil marcada por la propia sociedad, sino en aspectos más profundos, como el carácter, la forma de vida, o los propios intereses. No nos dejemos guiar por estereotipos artificiales, sino por perfiles genuinos.

Vamos a permitirnos el lujo por la diferencia, y por la distinción. Es señal de éxito.

Os deseo un Feliz Lunes. 

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