jueves, 16 de octubre de 2014

Yo quiero una tarjeta negra




Muy buenas tardes a todos/as en un Jueves agitado.

Si no escribo, reviento. Reviento porque estamos llegando a un punto en el que no me apetece saber mas, pero muero por descubrir a nuevos políticos capaces de limpiar la casposidad presente en el actual Congreso de Diputados.

Ana Mato se quedaba sola en su escaño, tal y como Marco perdió a su madre. En este caso su familia política no quiso saber nada de ella. Abandonaron sus puestos antes de su comparecencia por el caso de Ébola. En el que hay mas ingresados, pero tambien reales esperanzas de ver a Teresa otra vez con nosotros/as.

Si de política hablo, también puedo opinar de un caso presente en los telediarios y en los periódicos de esta semana, como lo es la proliferación de las tarjetas negras de Bankia. Con Rodrigo Rato y Miguel Blesa como anfitriones entramos en otro escándalo, y otro robo a mano escondida, otra vez, de mano de nuestros políticos. Again.

Yo quiero una tarjeta negra para saber como se siente una persona robando el dinero de sus clientes. Yo quiero una tarjeta negra para pagar mis fiestas, mis viajes, mis regalos, y todos los caprichos que quiera hacerme. Yo quiero una tarjeta negra para salvaguardar mi presente, y mi futuro. Yo quiero una tarjeta negra, para ver de este color el futuro de los que la engordan todos los días con su trabajo, con el sudor de su frente, con la obligación moral de todo ciudadano.

Yo quiero una tarjeta negra, quiero tenerla en mis manos, pero ante todo, quiero mirar de frente a los políticos que no tienen escrúpulos al robar, y después se presentan como Presidentes de sus sedes. Eso es de tener muy poca vergüenza. Pero muy poca.

No quiero que mi nombre aparezca en un noticiario de las 3, y mi hijo, pueda ver como su padre, lo saca adelante a costa del buen hacer de otras personas, y de las malas artes de otras, que hoy en dia pasean su culo en libertad.

No quiero ser corrupto, pero mi entorno me invita a pensar en ello. Me invita a pensar en la impunidad de sus hechos. Si robo, no voy a la cárcel. Pienso en hacerlo, pienso en dedicarme a la política como una válvula de escape a mi trabajo diario. Aquel por el que me pagan, pero que las únicas tarjetas negras presentes son las que imprimimos. No hay mas. No quiero sentirme avergonzado. Quiero seguir mirando a los ojos.

Quiero levantarme todos los días y pasear con la cabeza alta. Porque lo merecemos. Porque no robamos, y porque llevamos una vida decente digna de presentarla a mas de uno, para que sirva de ejemplo, en una clase política deprimente y vacia. Por cierto, el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid es un inepto y un sinvergüenza. Pena que no lo lea. Libertad de expresión, ¿no? Porque igual comenzamos a abrir la caja de Pandora. Que Pandora tiene ganas también de manifestarse. Ya ha visto mucho.

Feliz Juernes.

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