domingo, 8 de noviembre de 2015

La cruda realidad de los desahucios




Muy buenas tardes a todos/as.

"Las malas lenguas tiran de otras muchas mas".

No salen las palabras de la misma forma cuando me toca hablar de temas así. Temas en los que podemos estar involucrados todos. Desde el momento en el que firmamos un préstamo hipotecario, estamos expuestos a problemas de este tipo en caso de no poder hacer frente con el montante, suma de capital e intereses, recibido.

Casos en los que parejas, matrimonios con sueldos elevados, se han quedado sin sus puestos de trabajo, con una edad "avanzada" para acceder a los mismos. Hipotecas altas, de mas de 1500 euros, que terminan con intereses desorbitados, y familias destrozadas.

No es sólo pedir una hipoteca, sino el hecho de pagar los intereses, que reflejan un porcentaje importante sobre el total endeudado. No somos conscientes hasta el momento en el que pagamos las cuotas de la cantidad ingente de dinero que salen de nuestros bolsillos durante el primer año de pago de hipoteca.

No son ni las comisiones de apertura, ni los gastos de gestión, ni las tasaciones, ni las escrituras. Son todo eso y mas en un momento en el que junto a la entrada inicial equivalente al 20% del total, se produce un vaciado de tu cuenta corriente, para a continuación querer amueblar la "casita".

Cuentas que salen, pero que son superiores a las que pensábamos en un principio. Con o sin ayudas, comprar una casa no es moco de pavo. Ni de pato. Es una decisión, por no decir, la decisión mas importante de tu vida, en lo que a lo material se refiere. Un desembolso importante mas el pago de cuotas que gracias al Dios EURIBOR, somos capaces de afrontar en el presente, ya que dicho indice está por los suelos.

Desahucios que motivados por la crisis han dejado a familias en habitaciones compartidas con padres avalistas, que han arrastrado a esa situación en un momento, y hablo de hace mas de 5 años, 10 si me apuran, en la que las hipotecas eran fáciles de conceder, pero con un precio de los inmuebles, elevado para lo que ganaban sus solicitantes. Trabajos indefinidos, sueldos normales, que podían hacer frente a las hipotecas, pero sin miras a futuro, donde una cuota elevada no era nada en 2006, pero en la actualidad, intereses mediante, es la soga al cuello de miles de ciudadanos en España.

Una soga con una duración determinada. 25 y 30 años en su gran mayoría. Con cuotas entre 450 y 1000 euros de media. Con jóvenes de entre 25 y 35 años que deciden adquirir su primera y "única" vivienda con la felicidad de hacerse con un pequeño espacio, que puede llegar a ser su auténtica pesadilla.

Imágenes tristes que acaparan en nuestras pantallas en momentos en que familias con hijos son protagonistas de historias para no dormir. Vuelven a casa de los abuelos, sin sueldos, sin casa, con deudas adquiridas, y con un futuro indigno.

Los bancos, no son responsables de la situación de las familias. Las personas que se quedan en el paro son los solicitantes de la hipoteca. No son los bancos. Pero estos mismos, deberían junto al Gobierno de cada comunidad, y por ende, al español, a redactar una ley, un escrito, en papel couche o de servilleta de papel, por el que la flexibilidad fuese la nota predominante.

Me da igual que los bancos hayan sido rescatados, si después no rescatan a los ciudadanos. No estoy hablando de aprovecharse del Estado, pero si de dejarse ayudar, si en su momento fuiste buen ciudadano, pero ahora para el gran Dios ESTADO no lo eres. Repugnante. Y familias que han terminado con sus vidas por esto.

O lo pensamos, o esto puede ir a peor.

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