jueves, 17 de agosto de 2017

El antiturismo




 
No puedo llegar a entender como dilapidamos nuestra principal fuente de ingresos por meros caprichos bananeros. Si pongo en antecedentes a un ciudadano europeo de los hechos ocurridos en mi país en las últimas semanas, no se lo podría creer.
 
Es decir, si tú ves como cuatro jóvenes sin conciencia ni social ni cultural, destruyen todo aquello relacionado con el turismo, sean restaurantes o empresas de alquiler de vehículos, te pondrías a pensar en lo mentalmente retorcido del hecho.
 
Si comienza en Cataluña, origen y cuna del turismo reconocido, de la gastronomía selecta, de los paisajes de postal, no quiero pensar el día que llegue al último pueblo perdido de nuestra extensa Península Ibérica. Península que ofreciéndonos buenos manjares, puestas de sol inimaginables, véase Menorca o Ibiza, ó ciudades históricas dignas de ser vistas, seamos lo suficientemente limitados como para negar su disfrute a los turistas que cada año se acercan a nuestra alicaída patria.
 
Pero para mas INRI, otras comunidades se acogen a esta marcha retrasada, y queman contenedores, destruyen chiringuitos, pegan carteles en contra de los turistas. Algo que no me puede entrar en la cabeza, aun llegando a entender a los vecinos de Magalluf o Lloret de Mar.
 
Además de repulsivo y vomitivo, me pregunto yo que beneficio tienen estos cuatro críos, en destruir, en aniquilar años de trabajo y de dedicación de miles de trabajadores que con su sudor día a día han sido capaces de lograr una estabilidad en sus negocios. ¡Para que vengan a eliminarlo! Como digo, bochornoso.
 
Qué partidos políticos afines a esta capacidad de destruir lo conseguido durante años no denuncien estos hechos, acabáramos en el páramo de la desgracia social. ¡Qué nos espera! Aunque a estas alturas del juego, ya no me sorprende nada.
 
Cuando me pongo a leer el periódico o a ver el telediario, temo el momento que vea que España ha desaparecido, porque estamos a un paso. Cuestionamos todo, denunciamos lo mas vanal, obviamos lo importante, criticamos el paso hacia delante, pero damos dos pasos atrás. Y como no cuidemos lo nuestro, nuestra economía, nuestro pan de cada día, alarmémonos porque el fin de Mundo está cerca.
 
 
 
 
 


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