lunes, 6 de marzo de 2017

La piel fina





Si hay algo que aprendemos en la vida cada dia es a no cometer los errores que nos hacen infelices y no nos ayudan a avanzar. Sin embargo somos humanos, y los cometemos, no una ni dos, sino tres e infinitas veces. El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra.
 
Este camino llamado vida no nos hace mas que seres animados por un objetivo o fin que lograr, y te otorga todas las herramientas necesarias para que la meta se logre lo antes posible. De esa manera continuamos aspirando y alcanzando fines infinitos hasta que el camino decide tocar su fin. No vivimos el momento, vivimos el futuro, aspiramos a hacer cosas, a vivir planes pero no a estar en el hoy. No disfrutamos el momento y es triste decirlo, pero siempre hacemos planes pero no conseguimos organizar nuestro dia a dia.
 
Este ritmo de vida, tan angosto y frio, hace que seamos cada vez mas escépticos al cambio, nos hace ser mas irascibles, nos ponemos nerviosos con cualquier asunto, y lo acusamos siempre a nuestra gente mas cercana.
 
No somos conscientes de que nos portamos mal con nuestros allegados, igual que se portan mal con nosotros, porque entramos en la rutina de la agenda, de los despertares, de los quebraderos de cabeza, y del mal propio que no nos permite ver mas allá. Es triste pero totalmente cierto.
 
Nos olvidamos y despreocupamos de los problemas o de los quehaceres ajenos para simplemente llenar nuestra vida de rutina, cansancio y nerviosismo, que nos lleva directamente al precipicio. Y no nos damos cuenta. Cuando somos conscientes de ello, ya es demasiado tarde.
 
Por ello, cuando disponemos de tiempo, y tu propio ser a través de ciertas alarmas te ha dicho que pares, pongas el freno y escuches a tu yo interno, es cuando por ese tic, comienzas de nuevo, ante todo a valorar lo que tienes. No preferir un futuro incierto sino un presente real. Porque sino perdemos la vida en inexistencias.
 
Cuando comienzas a andar de nuevo, sin mochila y sabiendo que lo que tienes es el hoy y el ayer, no hay mas recorrido que el que sigues haciendo. Sin esperar nada, separando lo agresivo de lo decente, y valorando tu hoy, y ante todo, valorándote a ti, que hacia mucho tiempo no lo hacías. Eras un robot con cuerpo de humano. Y es triste admitirlo.
 
Estas nuevas etapas hacen que tu piel sea como la de una tortuga. Que la piel fina se esfumó e hizo de ti, la propia vida, de un ser sin dobleces, sin pensamientos malignos, sencillamente creer en ti y en las personas que realmente quieres y tienes.
 
Y con esto, no puedo mas que aconsejaros, que viváis, y no os durmáis en vuestras vidas.
 
Feliz semana de Marzo.

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