Es la imágen de la desolación y de la desesperanza. Hoy se cumplen cuatro años desde que aquel 24 de Enero de 2009, Marta ya no volviera a su casa con su familia. La madre es la viva imágen de la tristeza, y el padre de la lucha y el coraje, juntos batallan una guerra con un solo objetivo: lograr justicia para su hija.
Cuatro años de martirio, de lágrimas, de manifestaciones, y de un país volcado en la lucha por encontrar la verdad, porque es una vergüenza lo que ha pasado en este caso. Al igual que con el de los niños de Cordoba, que parece esclarecerse al final del camino.
No soy padre, pero no hace falta que lo sea para darme cuenta del dolor, de la angustia y de la tristeza, y malestar que deben tener sus padres. Es un hecho que ha marcado, no sólo la vida de una familia, sino la de un pueblo, la de una ciudad, la de España entera.
Justicia para Marta del Castillo.
Unos sinvergüenzas, unos malnacidos, un cruel pasado que vivirán en el presente y en el futuro. Un país que no los quiere ni ver. Que sólo pedimos que se condene el hecho, que los condenen, porque hay pruebas suficientes que lo certifican, pero falta lo fundamental, el cuerpo de la jóven sevillana.
Los padres ante todo, su familia y amigos/as se merecen una respuesta en lo que fue un cruel asesinato sin esclarecer. Parece que se necesita un cuerpo, pero las pruebas hablan por sí solas. No soy Juez, pero son un ciudadano que ve como un caso de esta importancia, triste importancia se ha desbordado por la "incompetencia de los jueces". Es mi opinión.
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