sábado, 19 de noviembre de 2022

El no pretender

Que quiero ser feliz o por lo menos intentarlo, que no me merece la pena gastar mi tiempo en personas que no desean mi tiempo. Ni siquiera sé si quiero ser o no lo que todo el mundo hace. La vida de domingos de parques, o de hacer la compra los sabados porque no hay otros dias libres en mi calendario. Porque en ocasiones cuestan los dias en los que entras en casa y no hay respuesta. En los domingos en los que las horas no pasan. En las mañanas en las que las sábanas siguen igual. Pero no quiero el sufrimiento eterno de pensar en el engaño, en el adiós o en no saber si un dia mas seré feliz con esa persona. Pretendo vivir la vida de la manera mas simple porque ya compleja es de por si. Porque la cabeza puede mucho mas que tú aunque lo intentes. Creo que no me compensan esos domingos en soledad si no es con la persona que quiero. Detesto el estar por el estar, en formar una familia con alguien que es un 50%. No pretendo dar lecciones de pareja pero no quiero estar detrás de alguien de mi pasado por el que dejé todo por mi hoy presente. No dejo de pensar en los tiempos de este siglo, de esta sociedad por la cual la velocidad vence al querer. Por la que tu vida conlleva ese riesgo del que no sabes de quien depende. Pretendo vivir cada dia luchando en contra del mundo y no tanto en contra de mi mismo. La conciencia de saber quien soy yo en presente sin pensar tanto en mi futuro. La vida en pareja o la vida en familia son anuncios de bollos y leche un domingo de Mayo. Un anuncio que no renuncia a pensar en la diversidad, en la universalidad, en la independencia del ser humano. La comparación hace denostar al ser humano porque nadie quiso ser padre con 29, con 35 o con 46. Pretendo darle explicación a los domingos sin dañar, sin ser mas que nadie, sin engañar, sin querer a alguien a quien no debo tener.

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