miércoles, 5 de abril de 2017

No viváis la vida del resto




 
Si algo he aprendido de mis padres es a respetar, a vivir mi vida, y a ser humilde. Ayudar cuando te lo pidan, o cuando veas que lo necesitan. A pedir ayuda cuando la requieres. He aprendido a que somos diferentes. Nacidos de un padre y de una madre. A que no podemos cambiar a las personas. Por mucho que queramos. A que seguiremos cayéndonos, y levantándonos continuamente.
 
He reconocido errores que subsano diariamente. Me he portado bien pero también he estado enfadado con personas a las que quiero. He pedido perdón si así lo he sentido. He aprendido una cosa muy importante: ser coherente con mi vida, con mis palabras y con mi ser.
 
Razono cuando quiero, pero también soy impulsivo en ocasiones. Necesito a personas a mi lado, padres, familia, amigos. Pero mi carácter también pide independencia. Soy leal con quien tengo que ser, pero si no, dejo que pase por mi vida sin dejar huella.
 
Capaz de todo, hay tareas por hacer. Me ha enseñado y me sigue enseñando la vida a que después de la noche, está la mañana, el amanecer. Que las decisiones no las debemos tomar en caliente. Aunque cueste, debemos dar protagonismo al tiempo, y pensar, repensar.
 
Saber que en la confianza radica la base de una amistad. Oir, ver, callar y ayudar me dice continuamente mi madre. Y siempre lo llevo en práctica. Puedo tener un carácter definido, pero la confianza y el saber callar en ocasiones es mejor que hablar. El silencio es mejor que cuatro palabras. No pretendo que nadie lo entienda. Prefiero en mi vida, vivir mi vida, sin juzgar, ni mucho menos me juzguen. Pero eso yo no lo puedo controlar.
 
Y lo que no pueda controlar, no tiene que hacer que pierda mi energía. Si es un tú a tú, tienes la opción de responder, de defenderte, de dialogar. Pero si simplemente son bocas sin dueño, no puedo perder mi tiempo en historias sin sentido.
 
Doy importancia a lo que tiene, cada vez mas. Pero no mantengo un segundo de mi vida en pensamientos que me dañen. Porque todo tiene solución. Tarde o temprano las cartas dan la vuelta, y a ti la razón. No te entrometas en la vida de nadie.
 
Me han inculcado valores muy importantes. Ante todo la humildad por encima de todo. Nunca hables de tí cuando otras personas te cuentan algo. Escucha y habla, pero no quieras ser el protagonista, el centro de atención. Observa y te darás cuenta mas pronto que tarde, que las piezas no han hecho mas que empezar a encajar. Tiempo al tiempo.
 
Pero ante todo, me han enseñado a ser yo mismo, a formarte como persona, y a pensar que dia que pasa no vuelve.
 
Gracias.

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