lunes, 13 de febrero de 2017

Silencio






Muchas veces el silencio es la mejor respuesta.
Nos callamos por no hacer daño.
Porque nuestras opiniones pueden hacer sufrir.
Y preferimos dar la callada por respuesta.

Es obvio que pensamos que somos inteligentes,
pero no lo somos.
Nos lo han dado todo hecho, y cada vez somos mas inútiles.
No sabemos lo que es la pobreza,
no sabemos lo que es dormir en la calle,
ni siquiera lo que significa el hambre.

No nos han privado nunca de nada.
Por mucho que pensemos que somos independientes.
No seriamos capaces de vivir en el desierto ni un solo segundo.
Somos los nuevos integrantes de un mundo cada vez mas corrupto.

Un mundo que en menos de lo que pensamos,
no valdrá nada,
porque nosotros no valemos nada.
Nos consideramos solidarios con la mochila llena,
 con un presente lleno de lo que queremos,
pero solo en lo material.

Nos importa ser felices nosotros solos,
sin importarnos cuan felices son el resto,
nos fijamos en nuestros intereses y objetivos personales.
Nada mas, y ello nos hace cada vez mas necios.

Somos necios, bastardos, 
revolucionarios baratos con leyes en la mano, 
que no ponemos en práctica en nuestras vidas.

Que pena que lo diga un jóven.
Un jóven que ve lo que ocurre a su alrededor,
en su entorno. Pero tarde.

 Pero es mejor quedarnos sentados, 
escribir un blog mas o menos aceptable 
y seguir con nuestras tristes vidas.

Porque somos la generacion que lo tiene todo.
Que no le hace falta trabajar para tener lo que quiere.
La que no sabe lo que es dar dinero en casa,
para que tus 5 hermanos coman.

Los que no saben lo que es dormir 4 hermanos en una habitacion
que no llega a los 6 metros cuadrados.
Somos tan necios que queremos mansiones,
coches buenos, queremos el superlativo del verbo 
TENER.

Nos fijamos en quien tiene mas, 
y no en quien tiene menos.
Somos ambiciosos baratos,
corre en riesgo nuestra vida tal y como la conocemos.

No somos mas que robots sin sentimientos,
que leemos sin saber que palabra elegir,
que hablamos sin pensar,
y que pensamos lo que la mayoria quiere.

Si la libertad no comienza a apoderarse de nuestras vidas,
pronto comenzaremos a dibujar lo que esperan de nosotros,
antes de que nosotros queramos hacer lo que realmente nuestro cuerpo nos pide.

No seamos titeres, sino actores de nuestras propias vidas.

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