Muy buenos días a todos/as.
Los últimos acontecimientos mundiales han dado la bienvenida a una nueva época, una temporada difícil y angustiosa, además de ser partícipes de importantes diferencias entre países, causa ilógica de guerras y enfrentamientos.
No me considero una persona apegada a una bandera ó a otra. Creo que este tipo de simbología ha hecho mucho daño a los países y ha separado a millones de ciudadanos. Creo que la pertenencia a un país se refleja en la lucha por los intereses globales, por el enriquecimiento histórico, y por un sentido de pertenencia social, que debemos tener si de verdad nos sentimos orgullosos de nuestro país.
La bandera republicana de España que presenta el post de hoy, es el anticipo a una posible era que puede dar la bienvenida un país con un grave problema en la Institución liderada por el Rey Juan Carlos, la Monarquía. Las últimas noticias no son positivas, y menos aún, con "un líder", el Monarca, desaparecido desde su última intervención quirúrgica. No sabemos nada de él. Absolutamente nada.
Una Institución debilitada, y con cambios graves en su jerarquía, han hecho que diferentes movimientos salgan a la calle para pedir la desaparición de la Familia Real, por ser prescindible y costosa, muy costosa.
Si titulo el post de hoy de esta manera, no es para crear confusión ó caos general, sino para considerar dos opciones que con Corea del Sur al frente son factibles, y en diferentes Consejos de Ministros se ha hablado. Esperemos que no.
Y la III República puede llegar a ser una respuesta a la actual situación política y social. A continuación os voy a mostrar un artículo del periódico "La Razón", en el que muestra una idea diferente por parte de la periodista Cristina López Schlichting:
"Está de moda ser republicano. Los de izquierdas lo encuentran estimulante y los de derechas se sienten progres. Es curiosa la confluencia en este punto de la extrema izquierda y la extrema derecha. Cuando en España se habla de república no se está hablando de instituciones, sino de ideología. Ése es el problema. Ni la monarquía ni la república resuelven por sí solas los problemas de los pueblos. Como tampoco lo hacen el federalismo o el centralismo, por ejemplo. Estados Unidos funciona tan bien como república como Gran Bretaña con sus reyes. Francia ha sido tan grande con la corona como con los presidentes y, en cambio, la corrupción de las élites se ha dado en Rusia tanto con los zares como en la URSS o el republicano sistema actual. Naturalmente es lícito plantearse la hipótesis de una III República española, pero lo que no facilita el debate es que se identifique con un progreso institucional. «Los reyes son un anacronismo, se dice, no son democráticos». ¿Acaso son democráticos los tribunales, donde un sólo hombre armado con la ley decide el destino de otro? ¿Acaso son modernos los tribunales, tan antiguos como la civilización? La monarquía no es moderna ni antigua, es o no práctica según las circunstancias socio-políticas. Y la república no es de izquierdas ni de derechas. Tampoco es un proyecto laicista, como algunos pretenden (en la Alemania republicana se enseña religión en las escuelas públicas y en EEUU, ni les cuento). Al final, se trata simplemente de establecer qué forma de Estado es la más adecuada para cada país. Yo opino –y cada uno es libre o no de coincidir– que los españoles tendemos a dividirnos en dos de forma cainita. Y creo que la monarquía se ha demostrado extraordinariamente útil para paliar este defecto y representarnos a todos con mucha dignidad. Por muchas ventajas que presentase, la república fallaría en este aspecto. ¿Se imaginan la cara de un español de izquierdas al que le tocase Aznar como presidente y Rajoy de jefe de Gobierno? ¿Se imaginan la de uno de derechas que tuviese que sufrir a Rubalcaba en el Ejecutivo y a Maria Teresa Fernández de la Vega en la presidencia? Creo que la consecuencia de una república sería una multiplicación de los mutuos ataques. Es verdad que el espectáculo no es edificante en estos días, por culpa de Urdangarin y los elefantes, pero creo que debemos esperar, remansarnos, hacer acopio de equilibrio y recordar que la monarquía es de lo poco que nos ha funcionado".
Pensadlo y recapacitad sobre dicha situación.
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