viernes, 25 de mayo de 2012

Final de la Copa del Rey y Esperanza Aguirre

Partiendo de la base de que todas las personas tenemos diferentes ideologías y opiniones sobre un tema u otro, conociendo cada uno de los entresijos y de los problemas de cada país, de cada CCAA, de cada pueblo, hoy en día, siendo partícipes de una de las mayores crisis humanas y económicas de la historia, no podemos hacer leña del árbol caído, no.

Esperanza Aguirre
El último capítulo, por ahora, lo ha escrito la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, sobre la final de la Copa del Rey que se disputa hoy entre el F.C. Barcelona y el Athletic Club de Bilbao. Ha afirmado que no quiere volver a oir pitadas cuando suene el himno nacional por parte de los asistentes al campo, ni cuando el Rey, o en su caso, el Principe entre al Palco de Honor. Ella ya ha dicho que no irá al partido. No va con ella, ni imagino, se le echará de menos.

Con este preludio de demagogia barata, y conociendo la realidad española, y la realidad social, partimos de dos equipos luchadores del puesto que han conseguido, de la fuerza y el trabajo demostrados, y de la paciencia ante dichos discursos populistas.

Los futbolistas al campo, los políticos a trabajar, y la sociedad en segundo plano, partícipe de otra situación vergonzosa ejecutada por Esperanza Aguirre. Cada uno a su trabajo, como dice el dicho: "Cada uno en su casa, y Dios en la de todos", pues eso, aplícate el cuento Esperanza.

Final de la Copa del Rey 2012

Cada persona sabe donde está su lugar, y ni unos ni otros se deben meter en el trabajo ni en la vida de los demás. No se puede tolerar mayor presión y tensión a un partido ante un hecho, que desgraciadamente, y en mi contra, porque ante todo prima el respeto, se repite todos los años. No por ello debe ser normalizado, no, pero tampoco tenemos que meter "más leña al fuego" cuando no lo merecen ni futbolistas ni ciudadanos.

Señora Esperanza Aguirre, preocúpese de su Comunidad, y deje los asuntos deportivos y sus opiniones destructoras para su ámbito privado. En boca cerrada no entran moscas.

Punto y final, y que gane el mejor.

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