martes, 8 de octubre de 2013

Las Brujas de Zugarramurdi







Muy buenas tardes a todos/as.

El pasado Domingo estuve en el cine viendo la película dirigida por Álex de la Iglesia, "Las Brujas de Zugarramurdi". Una película donde la risa está asegurada, y donde los protagonistas juegan un papel muy importante.

Mario Casas, Hugo Silva, Carmen Maura, Terele Pávez y Maria Barranco entre otras han sido las personas encargadas de levantarnos de las sillas, y no parar de soñar ni imaginar en un terreno como es el de la brujería, y tan magnificamente creado para el cine.

Unos escenarios idóneos para la película han creado una película espectacular.

Con el tiempo, todo comportamiento exaltado tiende a templarse, o al menos eso es lo esperado, que Álex de la Iglesia mantenga la misma vitalidad más de 20 años después, solo puede atender a dos posibles realidades, la primera que es un gamberro incurable, la segunda, - y bastante más probable - que compartir dormitorio con Carolina Bang, debe hacer que uno se sienta como el jodido rey del mundo, y sumido en esa felicidad, resulta imposible abandonar la senda de ese entusiasmo radical que el director ha convertido en su reconocible e irrenunciable seña de identidad.

Con un arranque demoledor, infectado de rabia y plenamente satisfactorio, esta nueva mezcla entre cine satánico y comedia negra, que tan buenos resultados dieran al realizador en el pasado, se resiente en su desarrollo posterior, justo cuando las verdaderas protagonistas de la función, esas brujas que dan título a la cinta, toman el control de la historia.

Un defecto muy común en el cine del bilbaíno, que acusa siempre lo de vivir instalado en el exceso, lo que acaba lastrando la exposición inicial, siempre interesante y bien perpetrada, basta decir que el argumento tiene su base en un proceso real ocurrido en el año 1610, y por el que 40 vecinas de Zugarramurdi, pueblo de la provincia de Navarra, fueron acusadas de brujería por la Inquisición, siendo 12 de ellas condenadas a la hoguera.

Del reparto, y en una película soñada para las actrices, destacan Carmen Maura y Macarena Gomez, pero por encima de ellas, una Terele Pávez nacida para interpretar lo que ya es básicamente en la vida real. De ellos, brillante trabajo de el actor malagueño Jaime Ordoñez, acompañado de un correcto Hugo Silva, y de un desastroso y poco creíble Mario Casas, que no cabe duda es un valor en alza, pero solo si atendemos a resultados en taquilla.

Finalmente, y pasando por alto lo dicho, toca defender a de la Iglesia como indiscutible tesoro nacional, porque nadie se atreve a montar cismas de tal calibre en nuestro triste panorama fílmico nacional, lo que le convierte por derecho propio en un animal único en su especie, un talento que, como suele ocurrir, empieza a encontrar mayor reconocimiento más allá de nuestras fronteras, en España somos así, seguro que Álex, como defensor a ultranza de nuestra imagen más castiza, lo entiende perfectamente.
 
Y colorin colorado este cuento se ha acabado

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