Muy buenas tardes a todos/as.
Sin nada que añadir, os adjunto la noticia:
El 20 de octubre de 2011 ETA comunica el "cese
definitivo de la actividad armada". Alrededor de las siete de la tarde,
la noticia se extiende por todos los medios. Tras 43 años de violencia y 829 asesinatos, la banda terrorista resalta su compromiso "firme y definitivo" de solucionar el denominado 'conflicto vasco' y pide "abrir un proceso de diálogo directo". 'Alivio' y 'alegría' son las palabras que más se escuchan en las calles del País Vasco y Navarra. "No nos equivoquemos: ETA lo dejó porque comprobó que no tenía otra salida y porque, por vez primera, la izquierda abertzale
se atrevió a planteárselo para no verse condenada a la ilegalidad",
explica Patxi López, secretario general del PSE y lehendakari en aquel
momento.
Tras años de ostracismo debido a la ilegalización, la
izquierda abertzale había retornado para entonces a las instituciones
tras las elecciones municipales del 22 de mayo, en las que, bajo la
marca Bildu, cosechó unos resultados espectaculares, alcanzando la
Diputación de Gipuzkoa y el ayuntamiento de San Sebastián. Días antes
del comunicado de ETA se celebró en esta ciudad la Conferencia de Aiete,
en la que representantes internacionales, entre ellos el ex secretario
general de Naciones Unidas Koffi Annan, pidieron el fin de la actividad
armada. "Nadie, ni la propia ETA, se cree que este foro tuvo algo que
ver en la decisión que luego comunicaron", subraya López.
"La
decisión del cese fue unilateral, cuando ETA siempre había trazado una
línea negociadora con otra parte, eso es lo que ha dejado a algunos
descolocados, en un escenario no previsto", explica Joseba Egibar, líder
del PNV en Gipuzkoa. La declaración de Aiete interpelaba en primer
lugar a ETA y, en segundo, a los Estados español y francés, algo que
para el parlamentario de EH Bildu, Julen Arzuaga, supone un punto clave
para desenredar el proceso: "Esa iniciativa unilateral de la banda debía
haber provocado movimientos multilaterales por parte de otros agentes,
que en vez de ello han adoptado una posición inmovilista".
"Es
paradójico y triste para ETA -explica Egibar- que tomando la decisión
del cese nadie se le sienta al otro lado de la mesa cuando mientras
mataba y declaraba un alto el fuego temporal conseguía reunirse con
representantes del Gobierno". Borja Sémper, portavoz parlamentario del
PP vasco, subraya la "derrota" de la banda a nivel "policial, judicial
y, sobre todo, social". "La política estaba en Euskadi totalmente
contaminada, muchos no podíamos participar en igualdad de condiciones",
censura.
La euforia de hace dos años ha mutado en cierta
sensación de estancamiento de un proceso al que le falta el punto
definitivo: el desarme de ETA. Para Egibar, la solución
es clara: "Lo que fue el inicio de una estrategia unilateral debe tener
un recorrido unilateral de principio a fin; no necesita las armas,
tiene que entregarlas y disolverse". Sin embargo, el parlamentario del
PNV también denuncia la actitud del Gobierno central: "Entre sus
prioridades no está la verificación del cese, es una irresponsabilidad
pensar que el tiempo lo arreglará". Paúl Ríos, coordinador de la
plataforma por la paz Lokarri e impulsor de la Conferencia de Aiete,
subraya tres grandes ejes para encauzar el nuevo tiempo: el desarme de
ETA, un cambio en la política penitenciaria y un espacio de diálogo real
entre partidos.
El cese de ETA se produjo justo un mes antes de
las elecciones generales en las que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa y
en las que otra nueva marca abertzale, Amaiur, logró siete diputados en el Parlamento español y tres senadores. Meses después, el 20 de mayo de 2012, el Tribunal Constitucional revocaba la decisión de Supremo y legalizaba Sortu, partido que en sus estatutos rechazaba la violencia de ETA y afirmaba ser una "ruptura total con el pasado".
La
decisión provocó una amplia respuesta de asociaciones de víctimas, que
veían a la nueva marca abertzale como una sucesora natural de Batasuna.
Así lo considera Maite Pagazaurtundúa, expresidenta de la Asociación de
Víctimas del Terrorismo (AVT) y hermana de Joseba, militante de PSE
asesinado por ETA en 2003: "El mundo de ETA no buscó la legalización por
gusto, fue un cambio táctico para seguir con la misma estrategia; no ha
realizado ninguna lectura crítica de su pasado y se escudan en
eufemismos que a base de repetirlos intentan banalizar el mal". Arzuaga,
de EH Bildu, lo niega categóricamente: "Muchos partidos creen que la
memoria debe actuar contra las posiciones de Bildu, pero lo que nosotros
queremos es alcanzar una fotografía en la que se superen todas las
violencias y se reconozcan a todas las víctimas".
La llegada de
Rajoy a la presidencia desembocó en una política de mano dura contra el
entorno de ETA mientras la banda no se desarmara. En ese contexto se
explican decisiones como el recurso contra la sentencia del Tribunal de Estrasburgo
que consideraba que la 'doctrina Parot' (la reducción de penas por
beneficios penitenciarios se aplica sobre cada una de las penas y no
sobre el máximo legal de estancia en prisión) vulnera derechos humanos o
la detención de 18 miembros del colectivo de apoyo a los presos de ETA, Herrira.
Arzuaga considera que este tipo de movimientos están generando un
descontento en la ciudadanía porque "percibe que se están dando pasos
hacia atrás". "Estamos en una situación de postconflicto donde existen
vulneraciones de derechos civiles y políticos, detenciones, juicios
políticos...", censura.
Feliz semana de libertades
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