lunes, 7 de octubre de 2013

¡La Justicia de Marbella!




Muy buenas noches a todos/as.

Después de un fin de semana de reflexión.

Necesito hablar, necesito desfogarme y necesito gritar. Gritar, y despegar de la contención de la que he hecho en muchas ocasiones carta de presentación, y quiero realmente vivir de acuerdo a mi idea de vida, como quiero y con las personas que quiero.

Necesito denunciar la canallada existente en la ciudad de Marbella, preciosa ciudad, y generosa gente que abre las puertas de su casa para demostrar, sin necesidad de hacerlo, de la limpieza de sus manos. Los dirigentes de la capital del lujo en Málaga no quieren ser recordados como el pueblo saqueado por sus mandatarios, sino por ser una de las ciudades del lujo y del glamour, que nunca debió de malearse.

Malearse, digo bien. Personas sin corazón que un día decidieron saquear y vaciar las cuentas municipales del Ayuntamiento de Marbella. Personas que sin razón ni lógica eran pretenciosas, y miserables a partes iguales. Personas que vivían en jaulas de oro, sin importarles la situación de su pueblo.

Caras conocidas, rostros del papel cuché, perfiles caraduras con dientes de oro.

Todos ellos se reunían en grandes mesas para repartirse lo robado, para repartisen sueños que no tenían que vivir, y para sobre todo, vivir al corto plazo, lo que suponían hacerlo al largo. Porque no han sido juzgados como el resto de mortales.

Ha sido un desfile de caras conocidas, abrazos y sonrisas a medias. Delante del Juez, y sin saber que su pena era la mínima. No tanto la pena de privación de libertad, sino la pena de gente. Ladrones, chorizos y sinvergüenzas con nombres y apellidos que aprendieron a hacersen con lo ajeno, al precio mas caro. Al precio de la codicia y de su propia dignidad.

Penas miserables para personas que lo han hecho todo. Altos dirigentes empotrados en los sofás de sus despachos se vanaglorian de que sus súbditos han hecho su trabajo, y mientras cuecen su rostro en la almohada de la misería, los mandatarios de verdad están en la calle. Los mandatarios de la mayor trama de corrupción urbanística de España.

Dignidades vendidas por oro.

Dignidades vacias encontradas entre cuatro paredes.

Las cuatro paredes de vuestra propia justicia.

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