Muy buenas tardes, y lluviosas, también hay que decirlo. Nos hemos despertado con los cielos nubosos, y la tarde se ha quedado gris, imágen de un día otoñal en plena Primavera. Espero que el tiempo mejore, sobre todo, para las próximas fechas de Semana Santa en la que millones de personas tienen vacaciones y disfrutan de ellas en compañía de sus seres queridos.
Al hilo de una entrevista a la modelo y empresaria Naty Abascal, conocida ante todo, en el mundo del corazón, pero también en el ambiente aristocrático de la Sevilla del siglo XX. Fue Duquesa de Feria, e icono de la moda en el mundo. Amiga y trabajadora incansable para unos, frívola y díscola para otros. Opiniones para todos los gustos. Yo prefiero quedarme con la primera.
Ha demostrado ser una mujer que se ha hecho a sí misma. En una entrevista para XL Semanal, el semanario que acompaña cada Domingo al Diario de Navarra, se descubre la mitad trabajadora, noble y luchadora de esta mujer que a punto de cumplir los 70, se define como una de las mujeres que ha sabido representar la moda española durante el siglo pasado.
En dicha entrevista, Naty Abascal presume de haber conocido a Dalí, Picasso, Mick Jagger, Valentino, u Oscar de la Renta entre otros. Mujer independiente, decidió cruzar el oceáno, y "plantarse" en Nueva York, vulgarmente hablando, con una mano delante y otra detrás.
La razón del post de hoy se hila a partir del titular de dicha entrevista: "En este país, si triunfas, te hunden". No voy a decir que esté al 100 % de acuerdo con dicha afirmación, pero parte de razón no le falta.
España se ha convertido en los últimos 50 años en un país al que mirar, no sé si de reojo o no, pero si para mirar, y en cierta medida, no imitar. Cada país crece, decrece ó se queda en la mas profunda de las neutralidades, como puede. España ha sabido representar "un primer estirón" cual niño en su fase adolescente. No ha sabido hacer las tareas, y se ha quedado sin aprobar el Bachillerato, así mismo España, no ha sabido hacer frente a los avatares del desarrollo de un país.
Bailes de presidentes, unos buenos, otros mediocres, y el resto, inombrables. Crecimiento exponencial, que radicó en la más profunda de las crisis. Crisis económica, politica y social en su nivel mas elevado.
El talento no se debe desperdiciar, al contrario, se debe aprovechar hasta la última gota, como si de un jugo de naranja se tratase. El talento español es muy alto, diría yo, que el mas alto de su historia. Miles de jóvenes, formados y con escasa experiencia profesional, pero muy preparados. Licenciaturas, másteres, cursos especializados, idiomas, prácticas y mas prácticas, y al fin, un futuro laboral gris y oscuro, casi negro. Como la película.
Cuando me refiero a la razón del talento, quiero expresarme con la libertad de un jóven deseoso del cambio. No me refiero a la fuga de cerebros, cada uno/a decide su futuro, y lo dibuja a su antojo, ó como puede. Otros deciden quedarse en su país luchando por un puesto diseñado a su medida. Y otros/as, se posan cual lagartos tras la sombra de un árbol, y ven la vida pasar. Tan sencillo como complicado.
No me quiero alargar, y tampoco voy a expresarme en palabras de otras personas, pero Chicho Ibáñez Serrador tenía mucha razón. Y los/as que me leeís diariamente sabeís a que me refiero. El talento es diferenciación y no todas las personas lo tienen. Pero tampoco podemos poner diques al mar, expresión útil donde las haya, y limitar dicho talento.
Hay que incorporar a las empresas personas con ganas de trabajar, con esfuerzo, lucha y tesón, capaces de remontar una época digna de tiempos peores. No antepongamos nuestros intereses personales a los profesionales, pero debamos saber valorar lo bueno de lo corriente, y lo extraordinario de lo ordinario.
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
Feliz Lunes.
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