Despedida de un ser querido |
Domingo 18 de Noviembre. A menos de 9 horas para terminar esta semana, y con la vista en la próxima, la penúltima del mes de Noviembre, me dispongo a hablar de la despedida, la despedida de un ser querido. Nadie está preparado para la muerte de un ser querido, sean padres, abuelos, hermanos. No nos prepara nadie. Aunque en casos concretos pensemos que dejaremos de ver a un familiar ó amigo cercano, nadie nos prepara, y muchos menos, nosotros mismos.
Nos queda el recuerdo, y la alegría por haber compartido buenos momentos con esa persona. En la despedida, en su funeral, se recuerdan y se narran momentos vividos con esa persona. Fragmentos de vida que lo harán ser recordados hasta la eternidad.
No pensamos en el momento que tengamos que enfrentarnos a la pérdida, por ejemplo, de nuestros padres. No queremos pensarlo, ni siquiera imaginarlo, por el dolor que nos produce. Conozco a personas que tras la pérdida, en este caso, de sus padres, han caído en una profunda depresión, y actualmente siguen luchando por continuar viviendo sin ellos, sin su compañía.
Si pensamos de forma contraria, es decir, asimilar la muerte de unos hijos por parte de unos padres, yo sin saber dicho sentimiento al no ser padre todavia, imagino que es un hecho inexplicable que ahonda en los corazones de los padres hasta el día de su muerte. Es contranatura. Es inimaginable la pérdida de un hijo, ya sea por accidente ó por una larga enfermedad. Es un sentimiento desconocido, pero a la vez, un sentimiento que acompañará a los padres siempre.
Si nos preguntamos cómo sobrellevar la muerte de un ser querido, no estamos nunca preparados para ello. Esto a la vez puede ser consecuencia de no habernos preparado para ello, y de que en la sociedad actual, en Occidente sobre todo, no hablamos, y nos da miedo hablar sobre la muerte. Es una realidad, es un hecho.
Nos quedará siempre el recuerdo y los momentos vividos con esa persona.
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