lunes, 17 de agosto de 2015

¿Por qué nos cerramos en nuestro Yo?



 
Buenas tardes a todos/as.
 
Cada vez me doy cuenta de que la sociedad es cerrada por definición. Muchas veces no hablamos por no hacer daño a personas que queremos, otras, por no "aburrir" a nuestros seres queridos. Quizás somos como marionetas que tienen en la rutina su razón de ser. Y de vivir.
 
Necesitamos la rutina en su justa medida. Periodos de descanso como pueden ser los fines de semana, o los periodos vacacionales deben aportarnos energía y vitalidad para afrontar la semana. Pero hay que saber recargarnos de dicha energía.
 
En ocasiones tenemos una vida social tan amplia que no somos conscientes de que nuestro interior, nuestra mente, necesita descansar. Descansar, que no dormir. Puedes dormir mucho y estar mas cansado que cuando te acostaste.
 
Me refiero a llegar a una cierta relajación, a una cierta tranquilidad que nos ayude a levantarnos con optimismo, con ganas de afrontar nuevos retos, a despertarnos con alegría, incluso un Lunes a las 7 de la mañana, a vivir de forma plena.
 
Es muy fácil escribir, pero llevarlo a la práctica no nos hace que la tarea sea sencilla. Hablar y determinar que pasos tengo que dar para desintoxicarme de una vida estancada es tan difícil como interesante para la evolución de uno mismo.
 
Nos cerramos demasiado en nosotros mismos. No se limita a no confiar en las personas, sino a una actitud que a priori, ha sido creada o producida por un hecho, o hechos que nos hacen cerrarnos a la sociedad. No soy partidario de que bloqueemos nuestro entorno, ni nuestro Yo, pero si que soy consciente de que abriéndonos a las personas (a los amigos que tu eliges), nos liberamos de un peso que no era tal.
 
Muchas veces hacemos una montaña de un grano de arena. Si hablásemos, si nos abriéramos mas a nuestra gente, un problema puede llegar a ser reducido a la mitad. ¡Claro! Hay que saber elegir con quien contar, a quien abrirse, y conocer a la otra persona.
 
Yo lo tengo claro. Pero no me considero una persona abierta, tampoco cerrada, pero quizás prefiero escuchar, y si me dejan, aconsejar, que contar lo que me ocurre. Pero siempre hay personas que de por sí transmiten confianza. Personas amigas a las que abrir tu Yo mas intimo produce un desahogo y una tranquilidad, que pena da en ocasiones no haberlo hecho antes.
 
Pero las personas somos así. Yo envidio (sanamente), a aquellas personas que se abren con facilidad. Pero somos tan diferentes que aun mejorando lo presente, podemos llegar a crecer y a modificar hábitos en nuestras vidas.
 
A nosotros nadie nos obliga a estar con según que personas. Somos las que elegimos con quienes estar y cuando compartir momentos que deben ser compartidos para escuchar consejos, para hablar, o sencillamente para sentirse escuchado.
 
En los últimos tiempos he sido consciente de que no podemos catalogar una época de nuestra vida como la mejor, la peor, la plena, la romántica. No podemos hacerlo porque siempre nos quedará el futuro para recomponer las piezas que faltan. Aquellas piezas que gracias a los amigos de verdad, somos capaces de montar para la mejora de nuestro interior.
 
Irte a la cama, y descansar, tener la conciencia tranquila es el mejor regalo que las personas podemos tener. Y si logramos compartir los buenos momentos con gente que queremos, el regalo es aun mayor, y mas gratificante.
 
Por lo que si habéis leído, y ya por terminar, quiero deciros que aun siendo un poco cerrados, tenemos que coger a una persona de confianza y abrirnos, hablar, desahogarnos, reír y llorar si resulta, pero sobre todo conversar y liberarnos de nuestro propio cerramiento. Muchas veces, la mayoría diría yo, engordados sin justificación.
 
Feliz Lunes de Agosto, y feliz vida.

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