domingo, 15 de julio de 2012

Y después de las fiestas, ¿qué?

Hoy es el día después, el día que todos/as los navarros y navarras no queremos que llegue. El 15 de Julio, un día después, ó unas horas después para los más fiesteros, es un día para descansar y recordar aquellos maravillosos momentos que vivimos, y que ya hasta el próximo Julio de 2013 no volveremos a vivir, y a disfrutar.

¡Es una pena, pero es la realidad!

Porque es un genio ...

Ayer vivimos una tarde de toros para recordar. El cariño que se tiene a Padilla en Pamplona es infinito, y todo ello es gracias a su humildad, a su lucha y a su esfuerzo por salir adelante. ¡Illa, illa, illa, Padilla maravilla!

Respondiendo a la pregunta que titula el post hoy, y después de las fiestas, ¿qué?. Yo os digo, que después de las fiestas quedan las conversaciones a media noche, los bailes en la calle al ritmo de las txarangas, las risas, las comidas y las cenas, los fuegos artificiales, las barracas, las peñas, los momentos románticos, divertidos, fiesteros, todo por una fiesta, pero no por una fiesta cualquiera, sino por las mejores fiestas del mundo: las fiestas de San Fermín, que dieron por concluidas ayer a las 12 de la noche con el Pobre de Mí, en el que todos/as esperamos vernos el año que viene con las mismas ganas.

Desde el 6 de Julio con el almuerzo, hasta ayer a las 12 de la noche cuando todos/as nos despedíamos de los pañuelicos hasta el año siguiente, han pasado muchas cosas, y todas positivas. He podido compaginar el trabajo con las fiestas. He estado con mucha gente, del colegio, de la universidad, antiguos amigos que no veía desde hace años, con peñas, con mis primos/as, con la familia, con los del Master, y han sido unas fiestas de auténtico lujo. Increíbles.

¡Esperaremos 356 días más para volver a repetirlos! 

Estas fiestas han servido para disfrutar y para pasarlo bien, pero también para darme cuenta de la generosidad, de la sinceridad, de la amistad. Ya sabeís todos/as a estas alturas lo que me gusta hablar de estos temas transcendentales de la vida, y es el objeto en sí mismo del blog, y con el que me aventuré aquel 2 de Febrero a hacerlo realidad.

Con el paso del tiempo las experiencias no cambian, se mantienen, lo único que cambia es el presente vivido de esas experiencias. Son los momentos que te has permitido cambiar, ó te lo han permitido. No valen palabras sino hechos. Te das cuenta de momentos que no volverás a disfrutar pero también de nuevos momentos que equilibran tu Yo más íntimo. Así es la vida, y de esta forma la tenemos que entender.

Hace tiempo que pensaba que la vida era como una noria, que la vida giraba, y giraba, y que no sabías cuando iba a parar, cuando se iba a equilibrar, pero en sí misma, se equilibraba y te hacia entender el sentido de la vida.

Ayer tuve una conversación con una buena amiga, que hizo entender todo este tipo de interrogantes que la vida te plantea y no sabes como contestarlos. Sabes que a las personas no las puedes cambiar, que las personas son como son, que en el Mundo hay muchas personas con problemas, con pasados, presentes y futuros, que no coincidirán jamás con los nuestros, pero que sufrirán, llorarán, reirán, al igual que nosotros/as.

Entiendo momentos que hace años no entendia. Comprenden lo que hace años no comprendían. La vida es compleja y como tal, tenemos que entenderla. Somos genios para cambiarla en la medida en la que podamos hacerlo. No somos los genios de la lámpara, pero sí podemos, somos los genios de nuestras vidas, y podemos hacer mucho por "arreglar" nuestro entorno, pero siempre que exista una reciprocidad, claro está.

No perdamos ni el tiempo ni la energía. Cuando los vacios o los silencios ya no hablan por sí mismos, no hay nada que hacer. Sólo nos queda pensar en lo que hemos vivido con esas personas,  aprovechar las nuevas oportunidades de la vida, que con momentos como los de ayer la contestan, la ejemplifican, y sobre todo, la entienden.

Ni siquiera hay que dar vueltas a situaciones paradas, sino a momentos en movimiento que son los que te hacen volar, y los que te hacen disfrutar de la vida. Por supuesto que da pena, como le decía ayer, pero si no hay más no hay más, y sobre todo, hay que mirar adelante, como hace unos pocos años miramos, y nos escuchamos, como ayer. En otros casos, lástima por la amistad perdida, pero de todo se aprende, y como hombres tropezaremos dos veces en la misma piedra, pero un día, esa piedra no existirá, querrá decir, que hemos aprendido.




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