La exigencia de uno mismo puede convertirse en perfeccionismo, en desequilibrio, en ataduras contra tu propio yo. Sugestionarse y obligarse cada vez mas no es un paso adelante. No nos hace bien. El querer ser perfecto, el hacer todo bien, no cometer errores, caer bien, tener un buen concepto sobre tí mismo en sociedad, hace que cada vez seas menos feliz. Te exiges tanto que no eres capaz de ver mas allá.
La perfección al igual que la susceptibilidad vienen ligadas de la mano. Porque un ser que considera cada vez mas la diferencia entre lo blanco y lo negro, y consciente de que hay mas gamas de color, no cambia de un día a otro. Todos tenemos un carácter, una personalidad, una idea preconcebida de lo que debe ser la vida. Pero no es sencillo aunque todos aprendemos a cambiar y a depurar ciertos fallos de nuestra conducta. Todo se lo dejamos al tiempo.
La frialdad en una persona también es consecuencia de una vida, de unas circunstancias que hacen que seas mas distante, que consideres lo importante en un nivel mas alto que el resto, pero que todo es percepción propia. Un corazón de hielo también se debilita, y necesita de mas tiempo para conocer y entender.
Pero todos los contras o los fallos de una persona también son contrarrestados por los pros, por los aspectos positivos que una persona tiene y pone a disposición de los demás.
El ser buena persona viene de serie. Es como la peca que te salió al nacer. Como esa marca tan característica en tí. Yo creo en la bondad de las personas. El ser amigo de mis amigos. El ayudar. El atender. El escuchar. El conocer y entender sin hablar. El aconsejar lo justo. En mirar a los ojos. En saber que está. En saber que estás. La entrega. LA PREDISPOSICIÓN.
Tenaz e impredecible.
No se merecen explicación las palabras bonitas. Las añaden tus amigos, tu gente. No digo mas.
Sencillamente gracias por hacer posible este blog.
Gracias M.
Gracias M.T
Gracias A
Gracias A
Gracias E
Gracias M
Gracias N
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