Finalmente todos tenemos que entender cuál es el camino que recorremos. No sabría cómo empezar para acabar casi 10 años de vida en el blog. Han sido años de cambios, de logros, de cumplimiento de objetivos en mi vida, y también de tristezas.
Tristezas que han hecho que crezca personalmente, cambios que han provocado en mi persona una auténtica tormenta de emociones, de sentimientos y de pensamientos. Entender la vida es lo más difícil a la que se enfrenta el ser humano, ni siquiera podemos llegar a entender, sino sobrellevarla, y vivirla, disfrutarla y terminar entendiéndola.
La vida ha cambiado mucho para mí en estos años, pero hace casi nueve meses, un embarazo como diría yo, aprendí realmente lo que era la existencia y la fragilidad de la misma, la fragilidad con la que todo se puede convertir en nada en escasas horas. El sentimiento que entiende uno mismo en un momento en el que piensa que todo se va acabar, el pensamiento de creer lo que deja en esta vida, y a quién los deja, y como los dejan, eso es la vida.
Pensar que en ese momento mi vida se terminaba me hizo pensar en lo que realmente me importaba y a quienes quería tener a mi lado. Estas situaciones te hacen pensar totalmente sobre el destino de tu vida si realmente lo que tienes claro es que quieres hacer lo que quieres hacer, y pensar en el presente y nunca en el futuro, porque no existe
Cuando entré en quirófano, en mi propia soledad antes de operarme, supe qué personas eran las importantes en mi vida, porque en ese momento me vinieron a la cabeza, las personas que tengo cerca, que sigo teniendo al lado, y que han estado, que están, y que estarán. Porque son las que me acompañaron al lado de la cama, la que me acompañaron después cuando realmente lo necesitaba, los que me visitaron en el hospital, en casa.
Era tan importante en ese momento sentirlas cerca, que para mí fue el mayor ingrediente, la vitamina que necesitaba. Por eso, cuando digo, que han pasado días, semanas, meses, y la mayor lección que me ha dado esta situación, es la de pensar en el hoy, en la de pensar en la vida, y en la de pensar sobre todo en mí, sin egoísmos, sin superficialidades. Porque no hay más en la vida que tú mismo.
Han sido muchos meses en los que he disfrutado escribiendo de todo tipo de temas, de una manera libre, honesta, leal y ante todo, sincera conmigo misma. He querido transmitir mi opinión, mi consejo, mi punto de vista sobre muchos temas. La decisión de hacer un paréntesis, de ponerle un punto y aparte a este blog, es una decisión tomada desde hace mucho tiempo, y que viene a coger forma hoy domingo 16 de mayo.
Me toca en un momento especial de mi vida, en situaciones que vivimos que nos hacen repensar sobre nuestro día día, y creo que tras casi 10 años escribiendo y mirándoos a la cara siempre de una manera sincera y honesta, es el momento de hacer otras cosas en mi vida, que me sigan alimentando como lo ha hecho el blog hasta ahora.
Tengo que agradecer a muchas personas que han servido de consejo, de inspiración, y de apoyo en todas mis letras, palabras y frases de este blog, mi refugio, mi terapia en ocasiones. En primer lugar, tengo que agradecer a mis padres el apoyo, la comprensión, y la fuerza que me han dado en momentos en los que he necesitado.
Es necesario pensar que en esta vida necesitamos, y nos necesitamos más que nunca. Porque no vivimos solos, y tenemos que hablar, expresarnos, y ante todo nunca dejarnos palabras en el camino, porque nunca vamos a saber cuando este camino termina.
No me quiero extender en este punto y final del blog, pero para mí ha sido un auténtico regalo, una fortuna, una suerte escribir en este blog y hacerlo desde el corazón, mi mayor agradecimiento a todos aquellos que han tenido tiempo para leerme y para verme en algún momento, ese es mi mayor regalo.
Por lo que para terminar, muchísimas gracias por estos años, por acompañarme y por hacerme feliz.
Y cuando uno sabe quien es, no necesita el aplauso de los demás.
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