Antes de redactar este blog, he pensado en Septiembre, un mes de comienzos y de finales. Creo que es el mes de la reflexión y del pensar. Se termina el verano con sus cervezas, sus playas, festivales y alegría, pero empieza el Otoño con sus anocheceres tempranos, sus hojas en las calles, sus fotogramas alicaídos. Es un punto de inflexión. Es el punto de partida de ida y de venida dentro del año. Muchos hablarán del Año Nuevo, pero creo que el final del verano nos enseña y nos invita a pensar sobre el nuevo curso "académico".
El verano en el recuerdo, con sus terrazas, sus paseos por la arena, sus bailes en verbenas, hacen que esa misma alegría nos haga repensar sobre lo que nos viene en los próximos meses. A decir verdad, y siendo sensatos, son meses de frio, cada vez menos, meses de abrigo, de chocolates calientes, de sofá y manta. Son meses de estar en casa frente al verano, que son tiempos de disfrutar en la calle.
En la vida al igual que por el cambio de estaciones, presentamos cambios de humor, mutamos con abrigo frente al calor de Julio, el café caliente en una tarde de Domingo es la nueva cerveza de Verano. Las salidas nocturnas, cada vez menos frecuentes, preceden a las tardes de cine, o de cenas al refugio del frio.
Comenzamos de nuevo con una etapa en la que partimos de un punto con la vista atrás pero teniendo en cuenta que todo principio conlleva un sentimiento nuevo. Somos principiantes y maduros. Queremos estar con quiénes nos encontramos mejor. Y en la vida, eso es un principio inexpugnable. Cada vez estamos mas solos pero mejor acompañados. Sentimos la necesidad de dejarnos querer por quienes queremos.
La vida es compleja y sencilla a la vez. Nada es para siempre, ni pretendemos que lo sea. Momentos que has vivido con alegría se quedan en el recuerdo y recapacitas sobre actos pasados. Examinarnos todos los días de nuestras palabras y de nuestros silencios. Recapacitar sobre nuestro presente, y los presentes. Nunca pensar que tiempo pasado fue mejor. La vida es un continuo aprendizaje, y las personas que sentías esquivas ayer, pueden sentarse en la silla de al lado hoy. Y viceversa.
Mantenerte firme en tus convicciones y saber que lo que haces en cada momento es lo que decides por tí mismo. El camino que decides es el que quieres mantener. No seguir al rebaño por continuar la norma sino pensar que la vida es una, y todos somos diferentes.
Estos tiempos en los que anochece antes. Un libro, una vela, un sentimiento. Saber que nadie va a ser como queramos. Debemos aceptar a las personas como son. Es tu elección acercarlas o distanciarte. Si el sentido común y la lealtad forman parte de tu escala de valores, sentirás que estás haciendo lo que tu corazón te dicte.
No nos acompañarán las mismas personas en el recorrido de la vida. Unas se irán, otras se alejarán y otras mantendrás. Porque la amistad es una flor. Debes regarla, cambiarle de tierra y acercarla al sol. No pretendas que siga vida si la secas, la ignoras o la pones en la calle al tronar. Debes pensarlo. Aunque un amigo lo perdona todo. Pero los actos quedan en el recuerdo, y el perdón los hace desdibujar.
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