No creo que pudiera responder a cuál es la receta de la felicidad, o qué pasos hay que seguir para ser feliz. Es improbable que algún dia sepa que hacer para ser feliz, porque sencillamente no vivimos para conseguir una estabilidad emocional o psicológica, sino para alimentar un interior que a veces no es tan agradecido como pensamos.
Lo primero de todo y a lo que se llega con la madurez, o ni siquiera con ello, porque hay adultos que se comportan como niños, y niños que maduran con la vida, es a pensar que no tienes que agradar a los demás, sino a agradarte a ti mismo/a. Es fácil decirlo, pero la práctica es otra historia.
Yo me hago una pregunta: ¿cómo actuarías si un día te sintieras sólo en la vida?, y no solo como soledad buscada sino solo de ser consciente que todas las personas de tu entorno hacen vidas paralelas y no entras en sus esquemas, ó ellos no entran en los tuyos. Porque en definitiva hay personas que se alejan de nuestras vidas porque quieren cambiar de aires, porque no hay similitudes en la forma de entender la vida, porque no tienen las mismas inquietudes, gustos, preferencias, ...
Ha pasado y pasará siempre. De hecho lo llego a entender, pero hay despedidas y despedidas. Como aquel que siempre espera sin dar nada a cambio. Sólo entiende la vida con aquellas personas que pretendiéndolo, "les doran la píldora", por un objetivo X.
Cada uno espera la felicidad como una meta, y no se da cuenta de lo que se pierde cuando la felicidad se debe encontrar en el propio camino de la vida. Aunque quizás no la encuentres nunca. O por no tener suerte en la vida, o por serla esquiva.
Es difícil pretender que nuestra vida sea feliz siempre. Casi imposible y no creo que exista alguien que lo afirme. Pero en cambio, hay personas que teniendo vidas difíciles, o por faltarle un ser querido, por no tener trabajo, por no ser feliz de verdad con la persona que duerme, por carecer de honestidad propia, se autoconvence de un ideal que no es tal. Pero ese autoconvencimiento te puede acompañar de por vida. En ocasiones es mejor vivir engañado que entender la realidad que te rodea.
Mentiras, corrupciones, infidelidades, daños morales, esquivan tu propio ser de la realidad en la que habita. Porque nadie va a atreverse ni mucho menos a juzgar la vida de nadie. Si se quiere vivir engañado pero medianamente feliz, adelante amigo, por lo menos te habrá sonreído la vida por un momento.
Pero nosotros mismos en nuestro fuero interno sabemos que no es así. En la soledad buscada somos conscientes de que lo que tenemos lo merecemos. Y no estoy hablando del karma, al que pronto le daré protagonismo en el blog, sino de entendernos tal y como somos, actuar como creámos oportuno, y sobre todo hacer el bien. Por encima de todo.
Tenemos nuestras opiniones. Todos las tenemos. De la vida política, de la familia, de los amigos, de las personas que nos rodean, de todos y todas con las que nos cruzamos diariamente. Lo inexplicable sería darla. DA CONSEJO SI TE LO PIDEN, PERO NI JUZGUES NI DEFINAS A ALGUIEN PORQUE SÍ.
Sé honesto contigo, porque al final de los días, o Dios no quiera, te dijeran que estás enfermo hoy, no quisieras haber denegado tantas oportunidades como las que hiciste perder de por vida. No dejar conversaciones pendientes ni palabras perdidas. Ni abrazos dados ni besos regalados.
Vive sin que te importe lo que diga el vecino, porque al final, cuando simplemente te escuchen los pájaros, nada habrá tenido sentido sino se lo has otorgado TÚ.
FELIZ SEMANA SANTA, PORQUE YO CREO. Y FELIZ VIDA
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