jueves, 3 de noviembre de 2016

¡Todos hablamos de todos!




 
 
¡Pero ojo, ten cuidado!
Como hablas, de que hablas,
y a quién. o quienes.
Somos los verdaderos dueños de nuestros silencios,
pero si abres la boca, en un momento eres preso de ellos.
 
Hablar, criticar, analizar.
Se puede hacer de un cuadro, de una lámina, de un lienzo,
de un libro, de una película.
Debemos dejar ajenos a nuestros corazones,
personas que no dejan de hablar de otros.
 
Como siempre he pensado,
que cerca estaré yo.
Alejarte bien. Porque no trae nada bueno.
Acercarte de las personas de verdad.
De aquellas que prefieren decirte algo duro pero real.
Que escudarse en mentiras sin sentido.
 
Por mucho que me crea persona,
en ocasiones pensamos como el animal.
Aunque hagamos creer que no importa,
que no duele o molesta, la mentira crece.
Pero se deja de confiar,
porque la mentira mata amistades.
 
Cada uno se escuda en lo que quiere.
Pero un servidor prefiere escudarse en la felicidad,
en el encuentro con personas de verdad,
y en diálogos con alma.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario