Muy buenas tardes a todos/as.
Ya terminando el mes de Agosto, el mes de las vacaciones por excelencia, nos adentramos en los meses de la rutina, los colegios, el otoño, y el frío. Pero antes de nada os quiero hablar de un reportaje que tuve el gusto de poder ver ayer.
Dubai es el país con un elevado crecimiento económico, con el PIB per capita mas elevado del Mundo, con la calidad de vida mas buena del planeta, pero también con la tasa de pobreza extrema mas alta de los países árabes.
Dubai es tal y como la conocemos por la mano de obra barata, por la mano de obra de un trabajador que trabaja 12 horas al día durante los 7 días de la semana, por 150 euros mensuales. Algo raro está ocurriendo, ¿no lo veis así?
No se puede sostener un crecimiento bestial, a costa de unos sueldos dignos, sino por contra, con unos sueldos miserables, y mas de 90 horas semanales de trabajo esclavo, forzado, denigrante y mal considerado. Pero, entonces, ¿Dubai sería la misma que conocemos?
Dubai debe dar las gracias, ya que económicamente es incapaz de agradecer su trabajo, forzado, y sin gratificaciones varias, a todas las personas, miles, que día a día, sin pisar el suelo, son capaces de trabajar ante un cansancio extremo por ver brillar una ciudad nueva, origen y destino de los personajes con bolsillo a rebosar, mas pintorescos del Mundo entero.
Si un piso en el edificio mas alto del Mundo, cuesta la friolera de 40 millones de euros, observamos un gran margen de maniobra con el que cuentan los organismos de Dubai para jugar sus números explotando a miles de trabajadores, procedentes su gran mayoría de India y Filipinas, para acabar siendo un país referente. ¿Un país referente de qué?
De la explotación y del mal hacer ante todo.
No son ejemplo para mí, y no los considero unos héroes, me refiero a los gobernantes, sino una auténtica panda de explotadores, que son capaces de matar por vivir en su propio universo de lujo. No hablemos de la cantidad de suicidios existentes en este país. Suicidios por parte de trabajadores que en un año no tocan el suelo, no ven a sus familias, por un sueldo que no se considera como tal, porque no valora ni el trabajo ni el esfuerzo de sus trabajadores.
Los héroes de Dubai, sin duda alguna, son sus trabajadores.