sábado, 26 de noviembre de 2022

La amistad, esa falacia

La amistad, tal cual yo la conocía no es la que vivo en mi presente. Yo sabía lo que era dejar de ser tú mismo, yo sabía lo que era salir de casa para ir a casa de un amigo para ayudarle. No pretendo que las personas sean como yo quiero. Sé que crecemos y formamos nuestras familias. Pero no por ello debemos dejar de ser, de estar y de compartir momentos. A mi no me importa una noche sin salir. Pero deberia haberme importado mas ausencias. Creo que no merecia no tener una mirada tras la ventana, una visita tras el cristal. El protagonista del cuento no merecia la ausencia, no se merece el no estar. La pena de esperar se une a la tristeza de saberse diferente. Si las circunstancias se complicaron no fueron excusa. Realmente él no se lo merecia. Pero el tiempo pasó y realmente escribió un largo tiempo sin pintar. Pero merecemos estar, aunque no merezcan tenerte. Porque el cuento no era una pausa, el cuento estuvo a punto de escribir su final. Y no estaban. No dudaron en reescribir otras historias para difuminar la tuya. La realidad fue clara. Muchas voces pero ningún paso.

viernes, 25 de noviembre de 2022

Elijo vivir

Elijo vivir, elijo mi propia capacidad de cometer errores, de no ser tan calculador. De no pensar si el grifo lo he dejdo correr, y si la mesa no está ordenada. Quiero dejar de ser mas como la sociedad me ve sino como quiero ser yo. Querer dar mas de mi, seguir conociéndome y de que me conozcan. Las calles se llenan de invisibilidad, de seres sin animación, somos nervios de las carreteras. No logramos saber ni quienes somos porque el dia a dia no logra descifrarnoslo. Pero yo elijo vivir, elijo no querer agradar, elijo descifrar, conocer, indagar. Pensad en el mañana, y no viviréis el presente. Ahogad vuestra vida con un acompañante aburrido y no haréis mas que anhelar el pasado.

sábado, 19 de noviembre de 2022

El no pretender

Que quiero ser feliz o por lo menos intentarlo, que no me merece la pena gastar mi tiempo en personas que no desean mi tiempo. Ni siquiera sé si quiero ser o no lo que todo el mundo hace. La vida de domingos de parques, o de hacer la compra los sabados porque no hay otros dias libres en mi calendario. Porque en ocasiones cuestan los dias en los que entras en casa y no hay respuesta. En los domingos en los que las horas no pasan. En las mañanas en las que las sábanas siguen igual. Pero no quiero el sufrimiento eterno de pensar en el engaño, en el adiós o en no saber si un dia mas seré feliz con esa persona. Pretendo vivir la vida de la manera mas simple porque ya compleja es de por si. Porque la cabeza puede mucho mas que tú aunque lo intentes. Creo que no me compensan esos domingos en soledad si no es con la persona que quiero. Detesto el estar por el estar, en formar una familia con alguien que es un 50%. No pretendo dar lecciones de pareja pero no quiero estar detrás de alguien de mi pasado por el que dejé todo por mi hoy presente. No dejo de pensar en los tiempos de este siglo, de esta sociedad por la cual la velocidad vence al querer. Por la que tu vida conlleva ese riesgo del que no sabes de quien depende. Pretendo vivir cada dia luchando en contra del mundo y no tanto en contra de mi mismo. La conciencia de saber quien soy yo en presente sin pensar tanto en mi futuro. La vida en pareja o la vida en familia son anuncios de bollos y leche un domingo de Mayo. Un anuncio que no renuncia a pensar en la diversidad, en la universalidad, en la independencia del ser humano. La comparación hace denostar al ser humano porque nadie quiso ser padre con 29, con 35 o con 46. Pretendo darle explicación a los domingos sin dañar, sin ser mas que nadie, sin engañar, sin querer a alguien a quien no debo tener.