jueves, 2 de mayo de 2019

Sólo pido respeto

Nunca he entendido las faltas de respeto, mas que nada porque yo nunca las he proferido. He sido en mi vida, y soy, una persona, a la que cualquiera de mi entorno puede corroborar, respetuosa y no he faltado el respeto ni he insultado a nadie. No me gusta el avasallamiento, el acoso, la burla. No he sido una persona que haya insultado a nadie.
 
Sí por el contrario, he recibido insultos (mas de pequeño) a mi persona a las que por la inocencia o cierta ignorancia relativa a la edad no daba la importancia que tenían. A veces en la juventud te haces una idea del Mundo que poco o nada tiene que ver con la realidad, y eso hace que cual tortuga te protejas del exterior.
 
No entiendo ni he entendido nunca la humillación a una persona en público, el hablar de alguien con tal ligereza que seas incapaz de defenderte. No usamos las mismas herramientas que las personas dañinas.
 
Y yo nunca me he considerado mala persona. Opiniones para todos los gustos, y por supuesto no caeré a todo el mundo bien, eso es imposible, pero tiendo ser una persona leal con mi gente, aunque a veces la velocidad en la que vivimos no nos deje ni tiempos a solas con nosotros mismos.
 
Ahora soy adulto, tengo una edad, soy joven, pero no un niño. No soy padre pero creo que además de en la libertad, querré educar a mi descendencia (si es que la tengo), en el respeto y en la ayuda al prójimo. Que sean capaces de hablar, pero mas de actuar. Sus hechos serán su mejor aprendizaje.
 
Aunque de joven no seas capaz de ser consciente de la gravedad de los hechos, te reprimes y ves el mundo desde un prisma mas vergonzoso, tímido e incluso miedoso de lo que es realmente la vida. A los años sumas madurez, con ello no quiere decir que la edad sea igual a crecimiento personal.
 
Conozco a personas que son adultas de DNI y niñas de hecho y derecho. Eres capaz de separar a las personas tóxicas de las que te suman, eres mas escéptico en tus relaciones sociales, confías menos, pero cuando ayudas, das el 100 por 100 de tí mismo.
 
Temes mas a las nuevas personas que entran en tu vida, eres mas tolerante con tus amigos, y sabes que cada persona tiene una vida, y las reacciones que pueden tener en la misma son consecuencia de su día a día. No debemos tomarnos como algo personal actuaciones de terceros. Y siempre debemos saber poner los límites en las relaciones sociales. Tú eres el dueño de tu vida e invitas a quien quieras.
 
Y volviendo al tema que sugiero en el título del post, quiero hacer entender que las personas que en algún momento en la vida hemos sufrido acoso, insultos o temporadas de humillación públicas, en el futuro seremos padres, y los acosadores también lo serán.
 
Por supuesto que no querrán que sus hijos pasen por esa tortura, pero debemos pensar siempre en cómo se queda la persona acosada. Obviemos a personas tóxicas, y los niños que lo sufran deben hablarlo con sus padres, cuanto antes. Aunque cueste, porque cuesta hacer en palabras lo que sufres, pero tarde o temprano la nube negra escampa y ves la vida de otro color.