martes, 15 de mayo de 2018

¡Déjate de quejar, cojones!




Que te dejes de quejar,
de todo, del tiempo, del trabajo, de tu novia,
de tu perro, de tus padres, de la política.
De que las personas que quieres siguen su vida.
 
No eres el centro del Mundo,
todos tenemos una vida.
Tenemos un trabajo que ocupa la mayor parte del día,
que tenemos una casa que atender,
una familia que querer, una vida que sostener.
 
No somos imprescindibles para nadie.
No eres imprescindible en el trabajo,
en la vida social, ni en tu fuero interno.
 
Intenta mirar mas allá de tu hombro,
y piensa que tu eres un numero mas.
La vida no te debe nada.
Suma en tu vida, y no te arrincones en tus pensamientos.
En tus pensamientos negativos.
 
Dignifica tu ser,
piensa en positivo, y créete lo que haces.
Ayuda a quien tengas que hacerlo,
no malmetas a nadie.
Camina en solitario,
de la mano de tu gente.
Pero en solitario.
 
Lo que haga tu mano izquierda, que lo desconozca la derecha.
Ten en cuenta que vinimos solos, y nos iremos solos.
No individualices tu persona a un ser.
Abre tu mente, tus ideas,
y verás que el mundo es mucho mas que la burbuja donde vives.
 
Nunca esperes nada de nadie,
ni mucho menos eches en cara gestos invisibles.
Las personas actuamos a veces sin pensar.
Pero no te querelles contra el mundo.
Repito, todos somos números.


martes, 8 de mayo de 2018

...

No se deja querer, no quiere molestar,
no quiere hacer perder el tiempo.
Prefiere perderlo solo,
cúmulos de sin razones recorre su cuerpo.

No quiere hacerse notar, pero grita por dentro.
Piensa que el pedir es molestar, y el dar, una obligación.
La obligación creada por él.
Llantos invisibles que merodean su ayer.

Los días pasan como números en el calendario.
No suman ni restan.
Sólo contempla su presente.
Deseoso de un volcán en erupción,
deja que las nubes mojen su patio.

Como si de un mañana alegre,
espera el devenir de una mirada.
Una palabra, un roce.
La perplejidad dejó lugar a la monotonía.

Se ve acompañada de nubes, de tormentas,
pero nadie quiere tocarla.
Solo ante la incertidumbre.
¿Qué es el futuro?
No se abre a nuevos horizontes.
El agua estancada no camina.
Se muere. Se aísla.

La vida pasa lentamente sin avances.
El caminar se hace difícil, y la esperanza cae.
Una mano, un abrazo, una escucha.
Ante el que acuden, no sabe aliviarse a si mismo.
Nada es para siempre, pero el siempre puede ser eterno.

Rayos de sol atormentan tu ventana,
ante la felicidad en los ojos ajenos,
y las lágrimas en los propios.
Los gritos de los silencios pasan desapercibidos.
Ni seres geniales procuraron darle respuesta.

Los acordes marcaban cada vez mas fuertes,
pero un cristal los hacia sordos.
Los monstruos del cielo no ayudaron.
Le hicieron sentir frágil. Sintió que las hojas en blanco,
el lápiz sin tinta, se convertían en verso, en presente, en la eternidad.